Jorge Sampaoli está atormentado. La agresión del preparador físico Pablo Fernández a Pedro, una de las figuras del equipo, lo tiene severamente complicado. La situación puede generarle serios inconvenientes prácticos: el plantel amenazó con no volver a entrenar si el profesional no es desvinculado de la institución. Fernández ofreció disculpas.
El estratega está afectado. Al punto de que ofrece una sentida declaración pública en la que acota su posición respecto del incidente. Dice que no avala la violencia en ninguno de sus términos. Y menos si se trata de personas que conviven en la búsqueda del mismo objetivo: el éxito deportivo. Por cierto, su permanencia está en entredicho a propósito del lío que armó su colaborador.
“No es la solución”
Sampaoli establece que el camino de los golpes es la peor forma elegible de resolver un problema. “No creo en la violencia como solución. Esto no nos llevará a ninguna parte. Ni en la vida ni en el fútbol. A lo largo de mi carrera, he visto tantas luchas y siempre me dejaron con un sentimiento de vacío. Lo que pasó ayer me puso muy triste. Eclipsamos una victoria impresionante con una disputa interna cuyas razones existen, pero en este momento no importan”, manifiesta.
En la misma línea, insiste en que prefiere el diálogo como vía de solución para eventuales conflictos. “La historia me ha mostrado que la conversación es la única solución, incluso cuando cometí errores o vi los errores en otros. Tengo fe en la palabra. Qué manera de tener fe en el ser humano. Porque la violencia nos separa y la conversación nos une”, apunta.
Incluso se remonta a recuerdos de infancia. “Cuando era un niño y empecé a jugar al fútbol, pelear dentro y fuera del campo era muy común. Así como muchas cosas en el mundo han cambiado para peor, algunas han cambiado para mejor. La violencia es menos aceptada cada día como una forma de resolver las cosas. Es una transformación que llevará tiempo. No será de la noche a la mañana. Todos tenemos derecho a cometer errores. Porque tenemos el potencial de transformarnos. Para ser mejor”, establece.
Su rol
Finalmente, se pone en el rol que tiene como responsable técnico. “Soy el conductor de este equipo. Realmente me duele cuando dos colegas están peleando, más que la violencia. Los entrenadores no solo se centran en las tácticas y la preparación de los jugadores de fútbol. Por encima de todo, trabajamos para dirigir equipos. Tratamos de mejorar y cuidar a la gente”.
El ex seleccionador chileno y argentino refleja las sensaciones que ha experimentado en las últimas horas. “No he ido a dormir pensando en cómo ayudar a Pedro y Pablo. Sé que han tenido una noche horrible y pase lo que pase, tenemos la obligación de cuidar de nosotros mismos. Para movernos para unirnos. Para ser mejor. Y poniendo Flamengo en la cima”, concluye.