Martín Lasarte tenía en mente probar frente a Paraguay a un inédito tridente ofensivo. En la cabeza del seleccionador daba vueltas la idea de disponer por primera vez desde el inicio a Alexis Sánchez, Ben Brereton y Eduardo Vargas. Sin embargo, el tobillo derecho del delantero del Atlético Mineiro truncó la idea y la Roja entró con una propuesta ofensiva distinta, pero igualmente prometedora: el Niño Maravilla y Big Ben como dupla de ataque. Daba para ilusionarse, pero, en la práctica, poco produjeron los delanteros del Inter de Milán y del Blackburn Rovers en conjunto, aunque por separado cada uno aportó lo suyo. Sánchez, de hecho, fue clave para la resolución del encuentro, al gestar el gol de Chile en un lanzamiento de esquina. El informe oficial lo consigna como un autogol del golero guaraní Anthony Silva.
El tocopillano inició el duelo más cargado hacia la izquierda y, en la línea de lo que suele hacer cada vez juega por la Selección, intentando conectarse con el mediocampo. Ben, en tanto, se cargó más hacia la derecha. El comienzo fue promisorio. En los 4′, Brereton retrocedió para juntarse con Diego Valdés y, finalmente, sacar un centro que Sánchez cabeceó, aunque sin mayor riesgo para el arco guaraní. Tres minutos después, el delantero de Cobreloa cabeceó un centro desde la izquierda de Eugenio Mena.
Sin embargo, los espacios empezaron a escasear. Promediando los 20′, ambos se acercaron a los volantes para intentar conectarse para tener el balón, con escaso éxito. Desde esa posición, por ejemplo Sánchez intentó un largo pase para Marcelino Núñez, que el cruzado no logró alcanzar.
Suspensión
Lo peor para la Roja se produjo a tres minutos del final de la primera etapa. Brereton corrió varios metros para alcanzar un balón, pero no tuvo éxito. y derribó a Gustavo Gómez, quien había abortado la jugada. La incidencia es más que anecdótica. El delantero chileno se perderá el choque frente a Ecuador, en una noticia que, seguramente, alegrará a su técnico en el Blackburn Rovers, Tom Mowbray, el principal detractor de que se desplace frecuentemente a Sudamérica.
La última vez que Sánchez y Brereton se juntaron en la primera etapa fue en el segundo minuto de adición. Sin embargo, lo hicieron cerca de la mitad de la cancha.
Alexis genera el gol
No se veía por donde Chile podía doblegar a la sólida defensa guaraní. Eso hasta los 55′, cuando un disparo de distancia de Arturo Vidal obligó a una estirada del meta paraguay Anthony Silva para desviar el balón al córner. La jugada terminó siendo clave. Alexis Sánchez se fue a la esquina izquierda a ejecutar el lanzamiento y el resultado sorprendió a todos: Silva, que antes había estado brillante para sacarle el disparo al Rey, ahora se llenó de dudas y lo pagó caro, porque el balón terminó en el fondo de la red. ¿Gol olímpico? Oficialmente, no, pero daba lo mismo. Bocinazos en Chile y silencio absoluto en Asunción.
De ahí en más, el partido se hizo trabado. Los delanteros perdieron presencia, aunque ahí apareció la otra faceta del británico: correr detrás de cada balón como si fuera el último, un aspecto que las redes sociales aplaudieron. A cuatro minutos del final, ya con Vargas en la cancha, Sánchez y Brereton pudieron juntarse, como pocas veces, con espacios. Otra vez, el ariete del Blackburn fue habilitador. Y nuevamente Sánchez cabeceó, a las manos de Silva.