Santiago 2023 representa uno de los mayores desafíos para el deporte chileno. Por primera vez y tras dos renuncias en los años de la dictadura, Chile recibirá los Juegos Panamericanos, una cita para la que se han destinado millonarios montos con el fin de construir y remodelar diversos recintos. El eje principal será el futuro Parque Deportivo Estadio Nacional, un paño de 64 hectáreas en el que funcionarán estos nuevos reductos. Sin embargo, hay una particularidad: el coliseo central no recibirá competencias deportivas y solo se limitará a albergar las ceremonias de inauguración y clausura. A diferencia de los Juegos Sudamericanos de 2014, el atletismo, prueba madre del megaevento, no se realizará en la cancha principal y será trasladado al futuro Centro de Entrenamiento del Atletismo Mario Recordón.

El arquitecto Ernesto Urdangarin, jefe de la División Política de Infraestructura, confirma a El Deportivo esta información y explica las razones por las que se decidió esta modificación. “Desde 2018, hemos venido desarrollando un plan de infraestructura, el que fue presentado en enero de 2020, teniendo como principio que ningún recinto en Chile estaba al estándar panamericano, a pesar del gran legado que nos dejaron los Juegos de 2014. Por lo tanto, era un desafío mayor y para eso se desarrolló un trabajo con Panam Sports y el Comité Paralímpico, donde existe un manual de cargos y visitas de delegados técnicos”, parte señalando.

En ese contexto, explica el dilema que se generó a la hora de determinar el traslado del atletismo. “Pasan dos situaciones: uno, lo que se pide para desarrollar la disciplina, que son dos pistas; una de calentamiento y otra de competencia, lo que es distinto al legado. Entonces, cuando uno tiene estas dos situaciones, genera una política en relación a lo que queremos dejar y a cómo se organiza el evento de mejor forma. Y en ese sentido, el legado va hacia generar un estadio de atletismo de nivel panamericano. Porque una opción podía haber sido dejar la actual pista Mario Recordón como está, usarla para calentamiento y llevar la competencia al coliseo del Nacional. O, por otro lado, dejar un estadio con estándares panamericanos, que es lo que pretendemos realizar”.

Infografía del Centro de Entrenamiento del Atletismo Mario Recordón.

Razones técnicas

Pero también detrás de esta medida hay un componente reglamentario. “El gran uso que se le da al coliseo es para el fútbol y los conciertos. El pasto tiene una condición técnica y geométrica que hace que no reúna los estándares para el atletismo. Los pozos de salto tampoco dan. Técnicamente había que hacer todo de nuevo”, afirma.

La decisión se tomó después de varias reuniones. “Partimos con jornadas participativas, con dirigentes, head coaches y deportistas, como Karen Gallardo, quien nos asesoró en varios temas”, relata el arquitecto, quien agrega: “Es es uno de los recintos que va a tener una mayor inversión, $ 17 mil millones, lo que va a significar tener una pista A1, una plataforma de lanzamiento con medidas oficiales. Además, contará con dos pistas de 100 metros, pista indoor, bodega, sala de musculación, sala de jueces, salas médicas, de fisioterapia y gimnasio, entre otras cosas, las que también adaptadas para deportes paralímpicos”.

En el atletismo celebran la decisión. Juan Luis Carter, presidente de la Federación, coincide con la idea de no duplicar recintos. “Esto lo supimos hace un año y medio cuando Panam Sports y la Asociación Panamericana de Atletismo hicieron el informe técnico, donde se declaraba que el Nacional no reunía las condiciones. De hecho, la pista no está certificada y los espacios no dan, lo que hubiera implicado entrar a botar algunas tribunas para hacer todo de nuevo. Es por esto que era mejor invertir en un estadio nuevo, como el Mario Recordón, y no quedarnos con un elefante blanco, ya que el Nacional es un estadio para el fútbol y el atletismo hubiera perdido. Por eso, la Federación estuvo de acuerdo con que no tenga que pedirle permiso a los otros eventos para hacer sus competencias. La idea de tener una pista de alto nivel, nos pareció es muy buena”, dice.

Eso sí, el dirigente advierte un problema con la distribución. “La pista de calentamiento va a estar en el Nacional y no estamos de acuerdo con eso. Porque si el Nacional lo ocupan, vamos a tener un problema”, alerta, pero Undargarin descarta inconvenientes en esa línea: “efectivamente se hace el calentamiento en el coliseo, pero en caso de haber una competencia, se reserva el estadio y se puede cerrar, como se ha hecho con el Orlando Guaita”.

Dos aforos

El nuevo escenario tendrá una capacidad muy distinta a la del coliseo. Ernesto Urdangarin explica que habrá dos aforos: “Uno permanente, para cuatro mil personas, y uno temporal, de 10 mil”.

De este modo no se verá la imagen de los Juegos de 2014, donde una gran cantidad de público acompañó a los competidores chilenos en el Estadio Nacional. La explicación del arquitecto está basada en experiencias internacionales de acuerdo a los últimos tres Juegos Panamericanos. “Tenemos que pensar que mantener un recinto de 10 mil personas de manera permanente es un tremendo gasto para el Estado. Nosotros privilegiamos la superficie deportiva y el equipamiento deportivo. De acuerdo a los manuales, el aforo recomendado por Panam Sports es de 5 mil espectadores y nosotros estamos duplicando esa cantidad. Hemos sacado el promedio de Guadalajara, Toronto y Lima y creemos que estamos por sobre esas cifras”, revela.

Carter, por su parte, coincide con esta visión, y cuenta una anécdota. “Nosotros preferimos esto que es más pequeño, pero que nos permite hacer los eventos a estadio lleno, porque cuando organizábamos el Orlando Guaita, nos pedían de la televisión poder distribuir mejor a la gente para que se viera más lleno. Además, vamos a tener la posibilidad de montar tribunas y hacer algo muy similar a lo que ocurrió en Lima”.

“La inversión va enfocada hacia los centro de alto rendimiento, donde ojalá tengamos campeonatos mundiales y distintas competencias para no duplicar recintos”, agrega Urdangarin, quien resalta los montos: “El Estado ha invertido US$ 154 millones en deportes que no son el fútbol y este año la Ley de Presupuestos se incrementó en un 55,2%”.

El coliseo como isla

Durante todo 2021, el Estadio Nacional ha estado cerrado, lo que hizo que Universidad de Chile tuviera que irse a Rancagua y Valparaíso para jugar sus partidos de local. Mientras que la Selección se tuvo que mudar al Monumental y a San Carlos de Apoquindo. Sin embargo, lo curioso es que el coliseo prácticamente no se ha intervenido en todo este tiempo.

“Cualquier movimiento debe ser visado por el Consejo de Monumentos Nacionales. No hay ningún proyecto ahí porque el coliseo es intocable, dada su condición. Es por eso que solo se realizarán las ceremonias de inauguración y clausura”, justifica Urdangarin.

Asimismo, explica por qué entonces el fútbol no ha podido usar el recinto. “Con Azul Azul hemos trabajado mucho y conversado. El Nacional es un gran predio y el coliseo es una isla. Se están reformando las instalaciones eléctricas, sanitarias, que datan de largo tiempo. Por seguridad no se puede entrar, ya que hay escombros y el camión de TNT Sports tiene que transmitir desde la Tribuna Pacífico. Tampoco hay acceso directo a camarines y no hay estabilidad en el sistema eléctrico, lo que hace que sea peligroso”, sostiene.

En los próximos días, la Corporación presentará los avances de las obras en Cali, Colombia. La mayoría de las obras del Parque Deportivo Estadio Nacional se entrega en el primer semestre del próximo año. Además, ahí se mostrarán algunas de las maquetas, como la del Centro de Entrenamiento del Atletismo Mario Recordón, la nueva casa de esta disciplina.

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