La selección chilena de seven comenzará hoy a luchar por una nueva meta. Esta vez, el premio es difícil de alcanzar e inédito: clasificar a Tokio 2020, en los segundos Juegos Olímpicos que acogerán a la modalidad reducida del rugby.

Será difícil porque habrá un solo cupo (más dos repechajes) para los 10 participantes en la competencia que se desarrollará hoy y mañana en la cancha de Old Boys, en Chicureo. Y en la región manda Argentina, quizás no con la infalibilidad del rugby XV, pero sí con una superioridad que se rompe muy de tarde en tarde, justamente un logro de los Cóndores el verano último en Punta del Este y Viña del Mar. De aquellas citas, hay ocho albicelestes que estuvieron en el balneario uruguayo y dos que vinieron a la fecha chilena (sobre un total de 13). Se trata, salvo una ausencia por lesión, del plantel que llevó el coach Santiago Gómez Cora a la reciente fecha del circuito mundial en París. Es decir, los Pumas vienen con todo.

Además, resalta el crecimiento de Brasil y la potencia siempre presente de Uruguay. Y lo complicado es que tanto Tupís como Teros comparten grupo con los Cóndores, y solo dos escuadras por serie estarán en la lucha por el título.

El equipo nacional, en tanto, ha sumado un semestre muy activo, pues también disputó dos citas del circuito mundial en marzo (Las Vegas y Vancouver), además de la qualy en Hong Kong.

A todo eso, Chile enfrentó a la selección hispana, con la que compartió las instalaciones del Centro de Alto Rendimiento de Sierra Nevada, en las cercanías de Granada y a 2.300 metros de altitud. "Buscábamos un rival con un biotipo similar, porque a veces carece de sentido ante los fiyianos o los sudafricanos. Existía muy buena onda con España y su entrenador. Ellos no tenían fondos para venir y nos dijeron que fuéramos adonde entrenan, en Sierra Nevada, donde pasan mucho tiempo para mejorar sus condiciones fisiológicas con el trabajo en altura", dice el coach, Edmundo Olfos.

Un viaje que fue solventado con fondos del plan olímpico y que cumplió su objetivo. "Tuvimos entrenamientos de muy buena calidad, de alta intensidad y, aunque es un efecto marginal sobre el rendimiento, quizás será un plus durante este fin de semana", comentó el capitán Felipe Brangier.

"El foco principal, en todo caso, no era trabajar en condiciones de altura o en hipoxia. Simplemente se dio así, porque el objetivo era jugar con los españoles. Ya son novenos en el mundo en seven y esa diferencia nos ayudó a nosotros", matizó Olfos.