Santiago Escobar agota su crédito en Universidad de Chile. La humillante caída frente a Colo, por 4-1, en el Monumental, lo deja en la cuerda floja. Atrás quedaron las semanas de sonrisas y buenos deseos, que estuvieron acompañadas por las victorias frente a Unión La Calera y Antofagasta. Hoy, Escobar vive momentos de máxima tensión.
Ayer, en el Centro Deportivo Azul, el ex técnico de Universidad Católica de Ecuador tuvo que dar explicaciones. Michael Clark, el presidente de la concesionaria, conversó por cerca de 40 minutos en la misma cancha que el plantel entrena a diario. Lo hicieron apenas finalizó la práctica estudiantil, en la que se realizó un trabajo regenerativo tras el partido jugado en Macul.
Escobar sabe que cuenta con poco tiempo para revertir la situación. Asume que una caída frente a Unión Española, en el duelo que se jugará el próximo domingo, en Talcahuano, puede poner fin a su ciclo en La Cisterna. Desde la dirigencia aclaran que por ahora no han pensado en despedirlo. “Está cuestionado, eso es obvio. Pero no está echado ni ha puesto el cargo a disposición”, dicen a El Deportivo.
Es que en la concesionaria no quieren dar por cerrado el proceso de Escobar. Si bien saben que el momento de club laico es crítico, buscan no repetir errores de administraciones pasadas en los que se despedían técnicos cada cinco fechas. Sin embargo, aclaran que el mes de marzo será clave para el futuro del estratega. En el calendario, la U se medirá ante Unión Española, Curicó Unido y Universidad Católica. Este último duelo, si es que llega a dirigirlo, terminará siendo definitorio para su futuro.
Por el lado táctico y de decisiones en cancha, el colombiano parece no encontrar el rumbo ni tener una idea clara con respecto a lo que quiere. Y es lo que la dirigencia le recrimina. Para el partido contra Colo Colo puso a dos centrales que no habían jugado juntos. Experimento que no le resultó y que quedó al descubierto ante la falta de entendimiento de ambos jugadores.
Y no solo eso, sino que también sentó en la banca a José María Carrasco, central boliviano que había disputado los cuatro encuentros anteriores y que el año pasado no era una opción para la zaga de los azules.
Otra de las decisiones inexplicables fue la apuesta por tanta juventud en un tipo de encuentro en el que la experiencia pesa. Y mucho. A diferencia de Colo Colo, que tiene un plantel plagado de jugadores con rodaje en este tipo de cotejos, Escobar apostó por la juventud y la inexperiencia. Algo que, por lógica, le podía pasar la cuenta ante la falta rodaje en este tipo de duelos. Y así fue.
Y es que Ignacio Tapia (23), Bastián Tapia (19), Darío Osorio (18) o Marcelo Morales (18), todos titulares, no dieron el ancho para un encuentro en el que se necesita, además de calidad, oficio. Y ni lo uno ni lo otro por parte de unos jugadores que recién están comenzando a foguearse en primera división. Riesgoso si se considera que este partido puede marcarlos en sus carreras.
Roggiero también da explicaciones
Luis Roggiero, el gerente deportivo, no se quedó al margen de las críticas de la directiva de Azul Azul. Más cuando al ecuatoriano se le insistió en que se debía fichar a un defensor central y solo por su insistencia de asegurar que el equipo estaba equilibrado, la dirigencia no fue por otro futbolista.
Ayer, antes de la cita con Escobar, Michael Clark se reunión con Roggiero y su equipo de trabajo. Les hizo sabe su disconformidad por el nivel que venía exhibiendo el equipo y les pidió revertir la situación lo antes posible.
Con el amplio éxodo de jugadores era evidente que la U iba a necesitar una reingeniería y suplir las cuantiosas bajas. Y la defensa era uno de los puntos más importantes a reforzar. Con la salida de Ramón Arias y de Osvaldo González, la Universidad de Chile iba a tener vacantes atrás y un nombre de peso en la retaguardia era la opción lógica a buscar.
Sin embargo, lejos de eso, Roggiero nunca pudo cerrar jugadores de peso. Ojeda, el volante de Rosario Central, era prioridad. La negociación que llevó adelante no dio buenos resultados. Se terminó fichando a la tercera opción (Álvaro Brun, de Montevideo City).
Otro de los jugadores por el que insistió Roggiero fue por el defensor José María Carrasco. En la dirigencia generó dudas el arribo del boliviano. El cupo de extranjero que utiliza y su poca participación durante la temporada 2021 no lograba convencer. Su bajo rendimiento durante las primeras fechas, que lo llevó a ser banca en el Monumental, terminó por lapidarlo. El gerente deportivo ya se había equivocado.
Errores que le pueden costar caro a una U que hace mucho tiempo viene con un manto de sombra que monta sobre la institución y que ha visto el precipicio desde muy cerca. Habrá que esperar hasta cuándo aguanta el plantel y si a mitad de año saldrán a paliar algo las graves deficiencias de un plante que, de momento, está desestructurado y desequilibrado.