Santiago Wanderers exige a los principales referentes de su plantel. Probablemente, ya muy tarde, porque las posibilidades de eludir el descenso son virtualmente nulas. La señal más potente en ese sentido la dio el propio club, al abortar el trabajo de Emiliano Astorga, en una de las jornadas más peculiares que recuerde el fútbol chileno. En el mismo día, los porteños tuvieron tres entrenadores: el cesado Astorga, el anunciado y luego descartado Moisés Villarroel y, finalmente, Jorge Garcés, quien llega con el aval de haber obtenido el título en 2001, el respaldo de Reinaldo Sánchez y la disposición de dirigir al equipo en Primera B el próximo año.

Ahora, sin embargo, el club porteño pone el foco en los jugadores. Y, puntualmente, en los principales referentes del vestuario que capitanea Mauricio Viana. Ya resignados a la pérdida de la categoría, los caturros golpean la mesa para, al menos, exigir que las figuras del camarín respalden a los jóvenes que comenzarán a sumar experiencia para acometer el desafío de volver a la principal categoría del fútbol chileno el próximo año. “Lo mínimo que podemos esperar por parte de los referentes del primer equipo es que apoyen a los jugadores jóvenes, que resguardan el futuro de Santiago Wanderers y tendrán la misión de representar con honor y valor al club durante los próximos años”, plantea la institución, a través de un comunicado.

Santiago Wanderers se despide del público tras el partido ante Palestino (Foto: Agenciauno)

“No podemos tapar el sol con un dedo”

La dirigencia del club de Valparaíso aborda el duro momento que atraviesa, aunque se desliga de parte de la responsabilidad. “Nos entristece y duele el desenlace de esta campaña que, ciertamente, se estableció producto del pésimo rendimiento del equipo durante el primer semestre y una serie de polémicas extradeportivas que son de público conocimiento. Fue esa misma situación y nuestra wanderinidad la que motivó el regreso de esta administración al club, asumiendo el desafío de mantener la categoría y despertando una ilusión que hizo soñar a todo Valparaíso”, apunta.

Sin embargo, ante la inevitable caída a la Primera B, la regencia explica el replanteamiento de la conducción deportiva. “No podemos tapar el sol con un dedo. Debemos ser realistas y proyectar el futuro de la institución. En ese sentido, hemos sido claros desde el primer minuto, señalando públicamente que cuando no existieran posibilidades reales de mantener la categoría el club optaría por foguear a los talentos jóvenes, quienes son la base de esta institución”, enfatiza.

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