En el Consejo de Presidentes, realizado hoy en la ANFP, se discutieron varias fórmulas para determinar el devenir de los campeonatos nacionales. Una de las propuestas planteadas era la de una Superliga para 2020, incluyendo a 32 clubes, los de Primera División y Primera B. Esta propuesta no cayó bien en algunos equipos, que manifestaron su rechazo a la idea. Es el caso de Santiago Wanderers.
La idea de la Superliga era que ese eventual campeonato de 2020 con 32 elencos implicaba que los equipos mantuvieran las categorías. O sea, que un club de B iba a seguir siendo de la B hasta 2021.
Al no alcanzar el quórum requerido para dar por terminado el campeonato 2019, en las condiciones de término que se plantearon por parte de la ANFP, el campeonato no termina y deberá jugarse. Esa fue la conclusión a la que llegó el Consejo Extraordinario de Presidentes realizado esta mañana en la ANFP, luego de que los representantes de los 32 equipos del fútbol profesional chileno votaran por continuar disputando en cancha las últimas fechas del Campeonato Nacional de Primera División y Primera B.
La decisión se tomó luego de la propuesta presentada por la ANFP, que consistía en cerrar ambos campeonatos sin ascensos ni descensos, asignando la participación a competencias internacionales según los puntos y Copa Chile, mientras que para el próximo año se buscaba realizar un campeonato de 32 equipos, pero manteniendo la categoría de Primera B. Vale decir, Santiago Wanderers recién podría optar a ascender para el Campeonato del año 2021.
Como institución queremos señalar que no somos ajenos y entendemos el delicado momento que vive nuestro país y la convivencia nacional. Votar a favor del término del campeonato habría significado un gravísimo perjuicio para el club y para los miles de socios e hinchas y sus familias, condenando a nuestro club a permanecer un año más en Primera B, pese a los méritos exhibidos en la cancha durante el campeonato y la condición de puntero único que hoy ostenta el Decano.
Ahora tenemos un desafío que debemos enfrentar como institución y como ciudad. ¿Hasta dónde estamos dispuestos a sacrificar a Santiago Wanderers? Este no es un problema de la dirigencia o los jugadores, ni de las barras o de los hinchas. Este es un problema de la familia wanderina como un todo, porque las consecuencias de nuestras acciones y omisiones nos afectan a todos.
Creemos firme y responsablemente que el fútbol y las demandas sociales no son incompatibles, pues el fútbol es un deporte de unidad, y de familia, donde hay cabida para todos. Debido a la posición actual de Wanderers en el campeonato y por el hecho de tener por delante dos de tres partidos como local en Playa Ancha, con toda la ventaja que eso significa, el equipo más perjudicado de la Primera B, si no se juega, somos nosotros. Perder la localía o tener que jugar sin público, incluso en otra ciudad, perjudica notablemente a nuestro equipo y disminuye nuestras opciones de ascenso directo a primera A.
Hacemos un llamado a poner por delante el legítimo interés de nuestro club. Este es un desafío que tenemos que enfrentar con unidad y con sentido de responsabilidad, dando nuestro completo respaldo a nuestros jugadores en la cancha, con la sana aspiración de coronarnos campeones y devolver a nuestro Decano al lugar que se merece.