Se aburre de esperar: Gustavo Álvarez se mete de lleno en la búsqueda de un ‘9′ para la U

Solo dos caras nuevas y una larga lista de nombres que suenan para reforzar el plantel de Universidad de Chile. En concreto, poco. El mercado de pases de los azules está lejos de ser satisfactorio para los hinchas y su técnico. La llegada del centrodelantero se ha dilatado por varias semanas y es el puesto que más urgencia tiene en la escuadra estudiantil. Hoy, solo Nicolás Guerra cumple esa función. Cristian Palacios se fue a Everton y Luciano Pons no es considerado por el técnico Gustavo Álvarez.

¿El gran problema? La falta de presupuesto. La forma de negociar de los universitarios es llegar a un acuerdo con el futbolista y luego intentar sacarlo del club en que se encuentra. El plan no siempre resulta. Una muestra es lo que pasó con Octavio Rivero en los últimos días. El gerente deportivo de Azul Azul, Manuel Mayo, conversó con el uruguayo y luego el artillero no se presentó a la pretemporada del Barcelona de Guayaquil. Tuvo que retroceder, abuenarse y volver a integrarse a su equipo.

La firme respuesta de los directivos del Astillero frenó todo intento de rebeldía. El otro elemento fue una tasación inalcanzable: tres millones de dólares.

Más que enojarse por no contar con el plantel completo en la pretemporada, Gustavo Álvarez decidió tomar un rol protagónico en las negociaciones. El técnico tomó el teléfono y se comunicó con Rivero y Javier Altamirano, a quien espera para el mediocampo. A ambos les contó de su esquema táctico y de la función que espera asignarles. El estratega también habló con Julián Alfaro y con Gonzalo Montes, los dos que ya entrenan en el CDA.

Por lo mismo, no duda en pedirles paciencia a los aficionados en un momento de incertidumbre. “Le digo al hincha que se quede tranquilo, y a la prensa que estamos trabajando en sumar competitividad al plantel. El objetivo es el crecimiento del equipo, este año nosotros tenemos Supercopa, Copa Chile, Copa Libertadores y Campeonato Nacional”, sostiene. “Nosotros, conjuntamente con el cuerpo técnico, la gerencia deportiva y la directiva estamos trabajando en algunas incorporaciones. Los puestos y nombres prefiero que se hagan públicos una vez conseguidos”, agrega.

Durante esta semana, se definirá el arribo de Altamirano (solo faltan detalles) y se seguirá negociando con los ecuatorianos por el pase de Rivero. La U está dispuesta a pagar hasta 1,2 millones de dólares para sacarlo de Guayaquil.

Luciano Pons está en la otra puerta: la de salida. El argentino no lo pasa bien en la escuadra estudiantil y su futuro es incierto. El delantero, que fue pedido expresamente por el estratega transandino, no fue citado para el duelo que la U le ganó a Godoy Cruz y con ello, completa su tercera marginación consecutiva durante este año (tampoco estuvo contra Audax ni en la derrota ante Coquimbo). Si bien la explicación que emana desde el CDA es que el futbolista no juega para evitar una lesión grave que impida su salida, lo cierto es que participa activamente de la pretemporada en La Cisterna. Su partida aún es una incógnita.

El contrato con Azul Azul rige hasta diciembre de este año. Tiene un sueldo elevado (25 mil dólares). En ese escenario, las negociaciones con otras instituciones no han sido fáciles. La concesionaria que dirige Michael Clark no está dispuesta a soltar su carta por menos de 500 mil dólares y tampoco desea un préstamo en que deban hacerse cargo de sus honorarios o de parte de ellos.

La chance más concreta que han tenido hasta ahora comenzó a diluirse con el correr de los días: un ofrecimiento de Deportivo Cali, club colombiano que no pasa por un buen momento económico y que preguntó por el rosarino la semana pasada, pero no logró acuerdo en las negociaciones con la U.

La operación no está caída del todo. Alfredo Arias, el técnico de los cafetaleros y quien pasó también por la banca azul, ya tuvo a Pons entre sus dirigidos, pues ambos coincidieron en Independiente de Medellín hace dos años. Es su principal aval.