Debe ser una de las solicitudes más peculiares del último tiempo. Alexandr Yaroshuk, alcalde de Kaliningrado, una de las sedes del Mundial de Rusia, llamó a que los vecinos dejen la ciudad durante el torneo por la gran afluencia de aficionados. "Llegarán unos 70.000 o 100.000 turistas y no todos podrán entrar en el estadio, por eso es preferible que los ciudadanos aseen los patios de sus casas (para dar buena imagen) o, mejor aún, que salgan de la ciudad para disfruten la naturaleza", dijo el político a una emisora de radio local.
Kaliningrado acogerá cuatro partidos de la próxima Copa del Mundo. La autoridad llamó a ser "hospitalarios y bondadosos" con los visitantes. "Y no hay que pelearse con nadie", advirtió, además de recomendar a quienes hablen otros idiomas que los utilizaran con los visitantes para hacerles más agradable su estadía en la ciudad
En el mismo sentido, las autoridades intentarán convencer a los empleadores locales para que concendan días libres a sus trabajadores durante los días en que se jueguen partidos del Mundial porque "la ciudad estará abarrotada de gente y el tráfico, congestionado".
Suecia y Brasil ya han revisado las instalaciones de Kaliningrado como posible lugar de concentración.