Hasta hace poco, la capitanía de Claudio Bravo en la Selección no admitía discusiones. Ahora el respaldo al vilucano ya no es tan irrestricto. Los históricos de la Selección se dividen respecto de la permanencia de la jineta en el brazo del arquero del Manchester City, pero incluso los que promueven la continuidad cuestionan su renuncia.
Jorge Aravena es categórico. "No debe seguir siendo el capitán. Es muy simple: él puede pedir que no lo nominen, pero no puede estar exigiendo contratar a gente que le guste. Esto no es ir al supermercado y elegir lo que a uno se le antoje. La federación tiene gente y eso hay que respetarlo", dice el Mortero, quien integró el combinado nacional en los ochenta. "Independientemente de que diga que paga al entrenador de arqueros, en la selección debe entrenar con los que tiene la Selección. Me sorprende que haga esta exigencia en la Selección y no en el City", amplia.
En la misma línea se pronuncia Alberto Quintano. "No sé cuál es la relación que han tenido en la Selección, pero en nuestro tiempo, la autoridad total la tenía el entrenador", dice el mundialista de 1974, quien propone un diálogo tripartita entre el DT, el directorio y Bravo para resolver su rol.
Sergio Navarro plantea otra mirada. "No sé si haya otro jugador capacitado para llevarla. La posición de Bravo ya había quedado debilitada por las declaraciones de su mujer respecto de Vidal. Quizás sus razones sean válidas, pero, entonces, como capitán le faltó presencia para plantearlas internamente", dice.
Fernando Astengo no le quitaría la jineta al arquero del Manchester City. Eso sí, lo critica abiertamente. "Teniéndole mucho cariño a Bravo, en esta oportunidad no puedo defenderlo. Él tenía una oportunidad para hablar cara a cara con Rueda y Salah en Estocolmo y hacer ver esos argumentos", sostiene. De paso justifica por qué mantendría la actual condición del portero. "Situaciones como esta se han generado siempre. No creo que Bravo deba dejar la capitanía. Eso profundizaría el problema", afirma.