“Se compitió hasta que el manual Gareca la embarró”: los errores de lectura del Tigre que hundieron a la Roja en Paraguay

Chile necesitaba rescatar algo de su expedición por Asunción, pero cayó en el intento. Nuevamente, la Selección fue un equipo de reacción, con un DT que cometió varios pecados. Solo una vez en su historia, el país se quedó fuera de tres Mundiales seguidos. Está cerca de repetirse.
Si la ilusión ya era reducida y aterrizada, ahora está prácticamente finalizada. Si bien las matemáticas todavía son condescendientes, la realidad es que la selección chilena tiene muy lejos la oportunidad de alcanzar siquiera el séptimo puesto que entrega un cupo al repechaje del Mundial 2026. Con margen igual a cero, la misión era rescatar algo de la expedición por Asunción. Sin embargo, una pelota detenida desniveló el duelo y Paraguay se quedó con el botín completo.
“Hasta que los números den, no hay que bajarse”, declaró Ricardo Gareca en la rueda de prensa posterior a la caída en el Defensores del Chaco. En una particular alocución, el Tigre mantuvo su optimismo pese a que el panorama es tan crudo como frustrante. “Todavía estamos vivos”, emitió el exseleccionador peruano, quien no pierde la fe. De hecho, pidió el apoyo de la hinchada para “la final” del martes ante Ecuador, en el Estadio Nacional. Es la última bala.
En el marco de un duelo parejo, la Roja terminó claudicando en la lucha ante el combinado guaraní. El proceso de Gareca ha tenido varios episodios en los cuales el entrenador falla en la lectura del partido, el cómo reaccionar ante situaciones adversas y no verse sorprendido ante la estrategia del DT rival. En esta ocasión, nuevamente el transandino y su cuerpo técnico cayó en lo mismo. ¿Cuáles fueron los errores de Chile en Asunción?
“Paraguay tenía lo mismo de siempre. El manual de antes: el centro, la pelota aérea. Y ahí sacan ventaja. Alfaro les dio un poquito más de fútbol. Chile compitió hasta que el manual de Gareca dijo ‘hay que embarrarla’. Por momentos sobrepasó a Paraguay, más producto de la desesperación que del buen juego. La salida de Aravena no me pareció, porque tiene potencia y velocidad”, apunta Leonardo Véliz, mundialista en Alemania 1974.
El resumen es más amplio. “Al principio tuvo esa jugada en que Cepeda dejó solo a Aravena. Con su salida se perdió a un jugador potente y rápido. Confió mucho en Vargas. Lo mantuvo mucho tiempo. En sus antecedentes. Pero no le ha respondido al paternalismo que tiene sobre él. A Zampedri lo puso tarde. Sacó a Cepeda, a quien desgastó sumándolo al mediocampo. Entró Aránguiz, que no estaba al 100 por ciento. Cabral no tuvo posibilidad alguna en una defensa numerosa. Osorio tuvo lo que siempre esperamos de él, el zapatazo desde fuera del área. Aportó una llegada clara. La otra fue la de Cepeda. Y nada más”, apunta. “Gareca decía que estaba todo bien, que Alexis estaba bien, que Aránguiz tenía una pequeña molestia, nada más. Con ese optimismo, uno esperaba otra cosa. En su favor, por momentos, Chile fue competitivo. Quizás los jugadores le entendieron mejor el mensaje. Cayó con dignidad. Pero no producto del buen fútbol, sino de la desesperación. Los mejores fueron Díaz y Cepeda”, complementa.
Los errores de Gareca que dejan a la Roja al borde de un fracaso mundialista histórico
Gareca apostó por mantener la base de la oncena que derrotó a Venezuela en noviembre pasado. Más allá del parado táctico, porque Chile dispuso un 4-1-4-1 en Paraguay, la estructura era muy similar. Eso implicó que Alexander Aravena y Lucas Cepeda fueran los externos, dejando a Eduardo Vargas como la referencia de área. El Monito llegó sin fútbol, porque una lesión lo dejó fuera de varios partidos en Gremio (por ejemplo, el desenlace del torneo estadual). Pese a aquello, el entrenador lo ratificó. Si bien el formado en la UC le dio profundidad por el lado izquierdo al equipo en el primer tiempo, no finalizó correctamente las jugadas. En 60′, registró 22 toques y ocho posesiones perdidas (datos de Sofascore).
La salida de Aravena fue el primer cambio, siendo reemplazado por Diego Valdés, quien no le dio respuestas satisfactorias al equipo nacional. El tema de los cambios no es novedad en el proceso de Ricardo Gareca. Arturo Vidal también venía sin actividad y se fue cansando. Permaneció en cancha 71′. Independiente al gol en contra, se notaba que a Chile requería energías renovadas para el segundo lapso. Ya sea por una lectura errada del técnico u otra cosa, la tardanza en los cambios (Cabral, Zampedri, Aránguiz y Osorio) no ayudó a los intereses de la Roja. Un equipo de reacción. Y en la misma dirección, otra decisión cuestionada es sacar a Lucas Cepeda, el mejor de Chile en Paraguay. El colocolino fue el más incisivo en ofensiva, sin embargo salió con el marcador en desventaja.

Si de lecturas erradas se trata, no hay que ser un especialista en el fútbol para detectar que una de las fortalezas paraguayas es la pelota detenida. Mediante esa herramienta surgió la primera ocasión del partido, en los tres minutos, y el gol de Alderete en los 60′, donde dentro del área se dieron dos pivoteos antes de la anotación. Pecado capital en Clasificatorias. Y contra un rival que tiene el juego aéreo casi en su bandera.
Jorge Aravena aporta una visión más mesurada. “Yo no concibo ningún entrenador que vaya a hacer un equipo para perder. Gareca hizo un equipo para competir y ganar. Ante Paraguay fue el mejor partido de su era. Las ocasiones más claras las tuvimos nosotros. Desafortunadamente no las aprovechamos. Nos ganan en una jugada muy típica. Chile fue superior a Paraguay. Se planteó un partido de atrás para adelante y las ocasiones las fuimos teniendo nosotros. El arquero salvó una pelota muy compleja de Cepeda, que para mí fue el mejor. Vicente Pizarro hizo un muy buen partido. Aravena y Cepeda tuvieron que recorrer mucho. Para mí, Chile hizo un partido correcto dentro de lo que tiene”, sostiene.
Luego, eso sí, termina apuntando a una decisión del entrenador: la de recurrir a lo que queda de la Generación Dorada. “La responsabilidad viene desde hace años, en el mejor momento, cuando había que buscar alternativas. Yo lo dije y me criticaron. La Generación Dorada se acabó hace rato. Todos han recurrido a ellos. Eduardo Vargas no tocó la pelota. Vidal se dedicó a dar pases para el lado y para atrás. En un cabezazo estaba haciendo zona y dejó la pelota y Cortés se arroja. Y en el gol habilitaba toda la jugada. Pero el problema no es de ahora. Es de hace diez años. Estamos recurriendo a jugadores que hace diez años no nos clasificaron a los mundiales de Rusia y Qatar”, enfatiza.
Luego aborda errores más específicos del entrenador. “No entendí el ingreso de Valdés. Si metes a Zampedri necesitas gente que vaya por fuera. Y Cabral necesita gente que se muestre por los costados y no los teníamos. Por eso se carga hacia el sector donde estaba Cepeda. Zampedri necesita ser asistido. No es un habilidoso, es un gran definidor”, puntualiza.
¿Tres Mundiales sin Chile?
La Selección está ad portas de certificar un nuevo fracaso: quedar fuera de la Copa del Mundo por tercera vez consecutiva. Sucedió en el camino a Rusia 2018, cuando la Generación Dorada estaba en el peak de la madurez (muchos indican que ese era el Mundial para ese grupo de jugadores), luego hacia Qatar 2022, donde ya la curva descendente era más que una amenaza, y actualmente está muy cerca de concretarse la ausencia de Canadá-Estados Unidos-México 2026.
Si Chile no va al Mundial, alcanzará un lamentable hito para sus libros: igualará el periodo más largo sin participar de la Copa del Mundo. Hasta el día de hoy, solo en una oportunidad el país se ausentó de tres ediciones seguidas del máximo torneo de selecciones del orbe: México 1986, Italia 1990 y Estados Unidos 1994. Por cierto, en aquella ocasión se cruzaron factores deportivos y extradeportivos.
En las dos primeras no se clasificó, mientras que el tercero fue producto de la suspensión de la FIFA a raíz del Maracanazo, aquel escándalo protagonizado por Roberto ‘Cóndor’ Rojas en Brasil. El 8 de diciembre de 1989, el Comité Disciplinario de la FIFA resolvió excluir a la selección chilena de las Clasificatorias a EE.UU. ’94 por infringir severamente los reglamentos. Generaciones como la de Colo Colo 1991 (campeón de América) o Católica 1993 (subcampeón de Libertadores) se quedaron sin Mundial.
En el resto de la historia de las Copas del Mundo, Chile nunca estuvo más de dos ediciones sin participar de manera consecutiva: 1934-1938, 1954-1958, 1970, 1978, 2002-2006. El tridente 2018-2022-2026 está muy cerca de concretarse, para generar un fracaso de proporciones. Es la triste realidad del fútbol chileno.
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