Los organizadores de la primera fecha de la Fórmula E en Chile, en febrero de este año, sonreían a las cámaras antes y después de la carrera. El evento había sido un éxito en las tribunas y en el interés del público tuerca en Santiago, pero sus caras ocultaban algo que se les veía venir hacía días, el millonario pago de 468 millones de pesos a la Municipalidad de Santiago por el uso del espacio público.

La inconformidad de los productores radicaba en el hecho de que la serie no cobra un peso por venir a Chile, como sí lo ha hecho el Dakar o lo haría, si se solicitara, la Fórmula Uno o el MotoGP. Por eso la opción de que la carrera volviera a la comuna era escasa.

Hace un tiempo la fórmula de los vehículos eléctricos había oficializado su calendario, pero una de las casillas estaba vacía, a la espera de una sede definitiva.

Y las cosas se complicaron más al conocerse la respuesta definitiva del Ministerio del Deporte, que se sumaba al de Energía en dejar en claro que no habría dinero público para financiar la carrera. La austeridad anunciada por el Presidente Piñera así lo indicaba.

Encima, los organizadores fueron descartando poco a poco las otras comunas que se habían ofrecido para recibir la prueba, pues significaban más problemas viales que en la comuna de Santiago.

Pero este lunes se oficializó que la competencia regresaría a Santiago, a su comuna, pese a todos los antecedentes descritos. ¿Cómo ocurrió?

La decisión final sería del alcalde Felipe Alessandri. El edil no cedió en la cuota del millonario pago, que de todas maneras se debe cubrir aunque el circuito no sea callejero, pues el Parque O'Higgins es igualmente espacio público.

Pero quedaba un detalle: los vecinos. La fecha de 2018 recibió un fuerte rechazo por parte de los habitantes de la comuna de Santiago, que recibía la mayor parte del circuito y Alessandri lo sabía.

Por eso, se reunió la tarde de este lunes con las organizaciones locales para saber su opinión. Si las cosas no salían bien, no habría dedo arriba para la carrera, todo quedaría en nada.

Pero el alcalde expuso a los vecinos una larga lista con las mejoras que se harían: nuevas luminarias, recuperación de fachadas, bolardos para impedir estacionamiento, juegos infantiles y mejoramiento de zona de mascotas y calistenia en el parque.

No fue unánime, pero el alcalde se retiró satisfecho. Habrá carrera.

Toda la producción local, cercana a los tres millones de dólares se hará con dinero de los auspiciadores locales e internacionales de la prueba. Pese a eso, este lunes las ministras de Deporte, Pauline Kantor, y Energía, Susana Jiménez, manifestaron su alegría por el regreso de la prueba a Chile.

Este martes el sitio oficial de la Fórmula E pondrá la bandera de Chile en el tercer casillero del calendario, el 26 de enero entre Marruecos y México, más el diseño del circuito en el interior del Parque O'Higgins. El 12 de octubre, el Consejo de la FIA debería ratificarlo.