Pascual de Gregorio dice que se ve reflejado en varios aspectos con el paso de Damián Pizarro al Udinese. Entre finales de los noventa e inicios de los 2000, el delantero formado en Audax Italiano dio un paso trascendental, que por esos días parecía reservado a los jugadores consagrados: fichó en el Bari, que entonces militaba en la Serie A del fútbol peninsular. En esa escuadra coincidió con Jaime Valdés, otro que intentaba abrirse paso en las grandes ligas.

La primera respuesta que entrega a El Deportivo respecto del traspaso del delantero albo es una aprobación rotunda. “Hace un rato estaba conversando con algunos colegas y concluíamos que está en la edad justa para irse. Colo Colo hizo lo correcto. Udinese es de la mitad hacia abajo y cuida mucho a los jugadores, la inversión. Entonces, la elección es ideal”, establece.

“Le va a servir”

Puntualmente, ¿en qué le servirá a Pizarro irse al Udinese?

Se puede pulir, salir del ambiente de acá. Está en una etapa donde puede aprender mucho. Italia le servirá bastante. Y el Udinese es un club ideal en ese sentido. Recuerdo que cuando David Pizarro estaba allá, había un técnico que no lo quería y, en un partido lo puso y lo sacó, para humillarlo El presidente respaldó a Pizarro y con el tiempo le pasó la cuenta al técnico. Pizarro volvió y fue figura.

¿Tiene Damián Pizarro las cualidades para triunfar en el fútbol italiano?

Pizarro es un jugador idóneo para el fútbol italiano. Quizás es el país ideal era Inglaterra, por su ‘brutalidad’. Lo digo en el buen sentido, está claro. Brereton es un ejemplo, porque no tiene técnica, pero sí potencia y le fue bien y ahora vuelve después de que le fue mal en España. Aunque lo hagan jugar en Primavera, le va a servir. No debería tener una mala respuesta si lo hacen pasar por ahí, para adaptarlo. Va a depender del técnico, de los delanteros que tiene por delante, que en estos equipos son muchos y muy parejos. A mí me pasó. Si el equipo gana en una fecha, a un equipo importante, el delantero tiene tres partidos asegurados. Y estos equipos chicos juegan con uno o máximo dos.

Pascual de Gregorio, al centro, en su negocio.

¿Qué tiene que mejorar para ponerse al nivel?

Tiene que corregir el juego aéreo, de espaldas, apoyarse, intentar un amague más al definir. Hay muchas cosas que se van a aprender teniendo la juventud. Yo llegué a los 26, con muchas cosas asumidas. Me costó adaptarme al ver que quizás andaba mejor que los que jugaban. Era difícil asumirlo cuando uno tiene una forma, una costumbre. En ese sentido, la juventud de Damián es el gran aval. Quizás sería bueno, también, que juegue acá por algunos meses, pero si es un riesgo, por si se lesiona, también. Eso sí, Udinese es el equipo ideal, porque si lo compran el Inter, la Lazio o la Roma no iba a jugar.

O sea, le queda un margen para crecer.

Le falta la experiencia, la tranquilidad de jugar muchos partidos y las situaciones anteriores como sacarse al arquero, porque este chico choca con los arqueros, pero si los amaga tres metros más antes los dejaría tiraos en el piso. O no forcejear, sino buscar el espacio. El juego aéreo, por ejemplo aprender venir desde atrás y a cerrarse.

Futuro en rojo

Por características, es un jugador atípico para la norma chilena, pero habitual para Italia.

Le encuentro características parecidas a las mías. Con el tiempo, uno aprende a ubicarse, a no perder tantos balones, a no bajar tanto, a tener paciencia al definir. Los riesgos, con los años, van bajando. Y Damián va a aprovecharlo. En Italia, un arquero que le deje un pie arriba lo va a dejar un mes afuera. Entonces, tiene que aprender a evitarlo. El ímpetu que tiene se agradece. Y el biotipo también. Son muy pocos. En ese sentido es una excepción. En la Sub 23 no vimos jugadores de esas características. Los hay más técnicos, pero no tan potentes.

¿Es una carta para la Selección, más ahora que se va a Europa?

Para la selección adulta le falta. En la Sub 23 se puede desarrollar. En la adulta no se pueden cometer errores. Si pierde un balón en la mitad y termina en gol, lo van a acribillar. Cuando jugó, pasó inadvertido y lo sacaron. Berizzo lo puso y Córdova no lo ocupó. Y le ‘inventaron’ una lesión para dejarlo afuera. Por el momento es una posibilidad, pero no es el que tiene cargar la responsabilidad. Por ahora tiene que venir de atrás. En la Sub 23 tiene que ser titular indiscutido. Yo fui al Preolímpico con 19 años, pero competía con Rodrigo Barrera, Juan Castillo, Nelson Sandoval y Nelson Pizarro. Y me sirvió.

Sigue en El Deportivo