¿Se puede replicar en el fútbol chileno? Cerro Porteño recibe histórica sanción por incidentes de sus barras bravas
Tras los disturbios que arruinaron la disputa de la Supercopa, el debate sobre cuán fuerte deben ser los castigos está abierto. En Paraguay, por ejemplo, se sentó un inédito precedente. El Ciclón de Barrio Obrero, uno de los grandes del fútbol guaraní, sufre las consecuencias de los disturbios provocados por sus forofos en un partido de la liga, en enero pasado.
La Supercopa del domingo 11 de febrero, entre Huachipato y Colo Colo, debió ser suspendida a raíz de serios incidentes sucedidos en la Galería Norte del Estadio Nacional, sitio en el cual se ubicaba la barrabrava del Cacique. El partido no se pudo desarrollar con normalidad. hasta que finalmente no pudo concluir ante la determinación de las autoridades. No estaban las garantías, con varios barristas de Colo Colo en la pista de atletismo en el tránsito del segundo tiempo. El triste espectáculo finalizó con butacas incendiadas y el Memorial de los Detenidos Desaparecidos vandalizado. La peor manera de comenzar la temporada 2024 del fútbol local.
Este tipo de hechos violentos no son exclusivos del país. También se da en el resto de la región. Así sucedió en Paraguay, lo que repercutió en la discusión acerca de la seguridad de los espectáculos deportivos. Tal como acá, en territorio guaraní, forofos de uno de los clubes más populares ocasionaron hechos de mucha violencia que terminaron generando una determinación histórica.
Cerro Porteño recibió una dura sanción de parte de la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF) como resultado de los disturbios ocurridos durante el duelo ante 2 de Mayo en el Estadio Defensores del Chaco, el pasado 29 de enero. Este encuentro se vio empañado por un violento enfrentamiento entre dos facciones de las barras bravas del Ciclón de Barrio Obrero, La Plaza y Comando, lo que llevó a la suspensión del juego y a una serie de sanciones sin precedentes dictadas por el Tribunal de Disciplina del fútbol paraguayo.
Primero, el partido fue oficialmente finalizado con un empate 0-0 tras ser suspendido en los 55 minutos. Además, se aplicó una penalización a Cerro Porteño de tres puntos menos y la adjudicación de esas unidades a su rival, 2 de Mayo. No obstante, el castigo más fuerte recayó en los barristas que provocaron la revuelta. El tribunal decretó la prohibición del ingreso de las barras bravas del equipo a cualquier estadio en Paraguay y en todas las competiciones locales durante 10 años.
Además, se identificaron a 22 individuos responsables de los hechos, quienes enfrentarán una prohibición de 10 años para entrar a cualquier recinto deportivo del país.
Cerro Porteño respondió a través de un comunicado, mostrando su molestia particularmente por la decisión de la resta de puntos. Manifestó que “lamenta profundamente la aplicación de una sanción deportiva desmedida y arbitraria en detrimento de nuestro club, con el agravante que se presenta por primera vez en este tipo de campeonato, sentando un peligroso precedente, afectando seriamente el bien más preciado de toda competición deportiva que es la integridad de la misma”.
Añaden lo siguiente: “Una decisión que afecta de forma directa al orden de la tabla de posiciones debe resultar de un examen coherente, profundamente estudiado y medido de los hechos, y no simplemente limitarse al escudo literal de una parte de la normativa -y no de toda- que no cubre con exactitud los hechos del pasado 29 de enero de 2024, por lo que carece de lógica y resulta incoherente que apliquen una sanción a Cerro Porteño cuando desde la propia matriz del Fútbol Paraguayo les consta que el origen de los incidentes no guarda relación con el ámbito deportivo y responde a una problemática social mucho más compleja”.
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