La maldición se despide de Sacramento. Tras 17 años de derrotas, reconstrucciones y más derrotas, los Kings vuelven a la postemporada de la NBA. Hito que pone fin a la ausencia más larga en playoffs de cualquier equipo de las cuatro ligas de los deportes principales de Estados Unidos.
Y es que la última vez que Sacramento jugó una serie de eliminación en la Conferencia Oeste, la NBA y el deporte eran totalmente distintos. En la liga por ejemplo, Kobe Bryant acababa de anotarle 81 puntos a los Raptors en lo que fue la mejor actuación de su carrera. LeBron James recién llevaba tres años jugando en los Cavs y los campeones de 2006, Miami Heat, contaban en su equipo con estrellas de antaño como Shaquille O’Neal y Gary Payton.
El hito se consigue tras derrotar por 120-80 a Portland, pero realmente se logra gracias a una restructuración realizada por los Kings para esta temporada. Lo primero fue la gran apuesta de dejar ir al joven y prometedor Tyrese Haliburton para hacerse con los servicios de Domantas Sabonis, un pivot moderno que venía cosechando grandes temporadas en Indiana. El traspaso fue muy criticado en su momento, pero casi un año después parece no haber dudas. El lituano fue el líder de un equipo que encontró en la ofensiva su gran arma.
El europeo de 26 años además logró mezclarse a la perfección con De’Aaron Fox, la otra estrella del equipo, al punto de que ambos lograron ser All-Star y actualmente aspiran a ser All-NBA, el quinteto ideal de la temporada. A esos dos jugadores también se le sumaron buenas adquisiciones como Kevin Huerter y Malik Monk.
Pero ningún equipo funciona sin un entrenador que logre explotarlos y los Kings optaron por ir a buscarlo a la ciudad del oro. En una decisión sorprendente, para este año Sacramento anunció a Mike Brown como su entrenador personal. Veterano dentro de la liga, el nacido en Ohio llevaba desde 2016 trabajando como asistente de Steve Kerr en los Golden State Warriors, consiguiendo en ese periodo tres títulos de la NBA.
Eso sí, Brown no siempre hizo de segundo al mando. Antes de su llegada a San Francisco ejerció de head coach seis temporadas en Cleveland y dos en Los Angeles Lakers. De hecho, con los Cavs llegó a las finales de la NBA en 2007.
La cohesión del entrenador con la ciudad fue total, al punto de que en las horas previas a la clasificación a playoffs, dejó una emotiva frase para los seguidores de los Kings. “Queremos dar a nuestros aficionados mucho más de lo que les hemos dado hasta ahora porque se lo merecen y es que cuando tienes una afición tan apasionada no solo por su equipo, sino por su ciudad, consigues sentirte orgulloso. Quieres darles el mundo y te emocionas con ellos. Queremos celebrar este momento, pero también esperamos más cosas de nosotros mismos y queremos darles más alegrías”, comentó en rueda de prensa.
De esta forma Sacramento logra asegurar una temporada regular histórica, que incluso no comenzó de la mejor manera porque perdieron los primeros cuatro partidos del calendario. El tiempo y el trabajo permitió que Brown tomara el mando de un equipo que vuelve a jugar playoffs después de 17 años. Si estos empezaran mañana, sus rivales serían los Golden State Warriors.