Otra vez la violencia le gana al fútbol. El partido de vuelta por octavos de final de la Copa Libertadores entre Santos e Independiente fue suspendido sobre el final debido a serios incidentes provocados por fanáticos del Peixe. La razón que explica este comportamiento radica en la decisión de la Conmebol de darle el triunfo del juego de ida por 3-0 al Rojo, por la inclusión indebida del uruguayo Carlos Sánchez.
El árbitro chileno Julio Bascuñán, el mismo del Superclásico (que también tuvo incidentes), detuvo el encuentro a cinco del final, luego del lanzamiento de bengalas y fuegos de artificio desde la barra local. Además, algunos hinchas patearon las rejas de acceso a la cancha, con lo cual la Policía tuvo que intervenir y los agredió. Con estas situaciones, Bascuñán suspendió el cotejo y se retiró del campo con su cuerpo arbitral. Con posterioridad, hinchas se metieron en el césped, y otra vez la Policía tuvo que actuar. Tanto así que el propio técnico del Santos, Cuca, se metió a defender a los hinchas.
En lo deportivo, Independiente alcanza los cuartos de final sin anotar un gol en la llave, pero tampoco recibió. Francisco Silva y Pablo Hernández fueron titulares y tuvieron una muy buena presentación, sobre todo el Tucu. Al final del primer tiempo, el mundialista Maximiliano Meza falló un penal.}
Además de los de Avellaneda, se instalaron en cuartos Atlético Tucumán, que perdió con Atlético Nacional en Colombia por 1-0 pero por el resultado de la ida (2-0) se impuso en el global, y Gremio, que venció por penales a Estudiantes de La Plata.