El 22 de diciembre de 2004, Luis Musrri puso fin a su trayectoria como futbolista. No podía ser de otra forma: el homenaje estuvo marcado por Universidad de Chile, una de las dos camisetas de clubes que defendió. La otra fue la del Yunnan Hongta, de China, en el que disputó 27 partidos en 2001. Pocos recuerdan su paso por el fútbol asiático, pero difícilmente haya alguien que ignore lo que el exvolante consiguió en los 540 duelos en que vistió la camiseta azul, con la que consiguió cinco títulos de Primera División, dos Copa Chile y el cetro de la Segunda División en 1989.

La fiesta reunió al plantel que defendía entonces a los azules, que dirigía Héctor Pinto. Asistieron unas 40 mil personas. Había, de hecho, una apuesta cruzada con el colocolino Marcelo Espina respecto de quien llevaría más público a su último encuentro como profesional. Naturalmente, el ganador del desafío depende, hoy, de quien emita el balance. Para el recuento, la U goleó por 5-1 al equipo de estrellas, en el que hasta jugó Leonel Sánchez. Dobletes de Sergio Gioino y Marco Olea y el simbólico tanto de Javier Eduardo, hijo de Musrri, de cinco años, sentenciaron la victoria. Mauricio Pinilla marcó el descuento “Han pasado muchos años, desde que te vi jugar, sólo me queda decirte, muchas gracias capitán”, resonaba desde todos los sectores del recinto de Ñuñoa.

El video y el karate

Aunque la tecnología aún no alcanzaba el nivel de desarrollo que luce en la actualidad, igual fue parte importante del evento. En la antesala, de hecho, una productora, se animó con un lanzamiento llamativo: un DVD, formato que contendría un resumen de su carrera y de sus mejores jugadas. La última categoría, de hecho, fue la que despertó varias bromas. En parte de la prensa de la época se especuló respecto del destino que tendría la pieza audiovisual, considerando el ríspido estilo de juego del protagonista. “Se va a vender en las escuelas de karate”, dispararon los más ácidos.

El protagonista (o el malo de la película, según se mire), ríe de buena gana con la alusión. Dice que no la había escuchado ni leído. “El video que vendimos fue más que nada de la despedida. Hablaban compañeros con los que había compartido. Había testimonios del Colocho (Manuel Iturra) y del Pepe Rojas, que estaban recién partiendo, por ejemplo. Ellos hablaban de mi influencia”, recuerda ahora, el eterno capitán de los laicos. “Yo era el capitán de esos pendejos”, resalta.

La idea le venía dando vueltas hace rato. “Yo bromeaba con un video de los goles. Siempre decía que iba hacerlo y que iba a durar cinco segundos. Así que le pusimos un par de cosas más”, dice, entre risas. En efecto, Musrri marcó 11 goles en 567 encuentros. Se habría ahorrado bastante espacio del disco.

Luis Musrri, en un Superclásico.

Después, les devuelve el sarcasmo a sus críticos. “Hay un mito que decía que pegaba patadas. Era eso, un mito”, subraya. Y, claro, vuelve a reír.

Salvar costos

Casi 20 años después, sus compañeros siguen teniendo una elevada percepción de Musrri y de su influencia. “No me acuerdo del video”, precisa el histórico José Rojas, antes de entrar en el detalle de sus consideraciones. “Para mí siempre fue un emblema, por todo lo que significaba. Para la U era un referente máximo. La persona que admirábamos, alguien de respeto. Y aparte, nos inculcó cómo se defendía a la U, cómo se le quería, que ponerse la camiseta implicaba valores. Eso era sumamente importante”, resalta. “Fuimos muy cercanos. Él era de Peñaflor, yo de Talagante. Muchas veces me llevaba y me traía. Siempre ha habido de mi parte palabras de agradecimiento hacia él, más allá de que fuimos compañeros. Hicimos relación en esos viajes”, profundiza el también ex capitán universitario.

De la misma forma, aboga por el sitial que, dice, Musrri tiene en la historia azul. “Ahí entramos en un tema muy sensible. A todas las personas que han logrado algo se les tiene que reconocer en vida. Y las personas que han dejado huella en la U siempre tienen que guardarles ese respeto”, estima.

La pieza en la que aparece el ex volante fue un éxito. “El video se vendió en el estadio. Lo hizo Sports Video. Era un tipo que hacía cosas de la U. Fueron 40 mil personas al estadio. Si vendíamos el 10 por ciento de esa cifra, ya estaba salvado”, recuerda Musrri.

La demanda superó las expectativas. Y, ciertamente, permitió afrontar algunos costos de la producción de un homenaje que implicó la llegada de varios jugadores desde el exterior. “Salvamos el pasaje del Tino Asprilla y la cena en el Havana Salsa. De que sirvió, sirvió. También vendimos camisetas. Del video tengo una copia guardada, obviamente. Es un gran y grato recuerdo”, enfatiza.

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