El como sea le vale a Chile

Gol de Chile

Con el último suspiro, Alexis Sánchez decretó el 2-1 que significó la victoria sobre Ecuador. Ahora el equipo de Pizzi viaja a Brasil a buscar su clasificación a Rusia 2018.



Pizzi dijo que ganar como sea no era la receta. Se equivocó el DT. Chile ganó así, con el corazón, cuando la noche se hacía más oscura y cuando Rusia 2018 ya parecía un sueño frustrado. Alexis arregló todo con un oportunismo milagroso y decretó el triunfo de la selección nacional sobre Ecuador por 2-1, en el Monumental.

El Niño Maravilla y Arturo Vidal son las grandes estrellas de la Roja, pero ayer Pizzi armó un equipo que jugó para Jorge Valdivia. Al revés, mejor dicho: el equipo se armó para que el Mago juegue para ellos. Así se planteó el primer tiempo, en donde el conjunto chileno sudó para sacar la ventaja mínima sobre los del Guayas.

Célico, el técnico de la visita, entendió que al Chile de hoy se le deben cerrar los espacios. Que el bicampeón de América toque lo que quiera en su propio campo, donde no hace daño. Ecuador prefirió esperar, lo que en este caso no significó arratonarse. El ingreso de Preciado como volante por la derecha fue un dolor de cabeza para Isla. El Huaso no pasó al ataque con la frecuencia que acostumbra. Por la derecha de la zaga criolla se produjeron los mayores desajustes en la primera mitad, porque Gary Medel, además, no tenía su mejor jornada. Cuando el partido estaba en cero, de hecho, Jara tuvo un cruce salvador frente a la arremetida de Ordóñez.

La tarea del marginado Marcelo Díaz se la repartieron Silva y Hernández. Cumplieron los dos, raspando y también entregando. Sólo faltaba que Vidal se enchufara más. Claro, la tensión del partido daba pie a los yerros en el dueño de casa, cuyo uno resultado aceptable era ganar.

Ese nerviosismo se alivió un poco a los 22 minutos. Alexis se esforzó por robarle la pelota Aimar y se la dejó en los pies a Valdivia. El 10 tenía clara la jugada en su momento y no demoró en habilitar a Vargas para que el hoy tercer goleador histórico de la Selección definiera con potencia. Fiesta total, fin de más de 400 minutos sin anotar, grito encendido, empañado por el gesto silenciador y desafiante del atacante.

En un partido parejo, Chile sacaba la diferencia en su primera oportunidad. Valdivia siguió manejando los hilos y hasta generó la segunda opción real. Después de una conexión notable con Sánchez, el Mago dejó solo a Mena, quien no supo cerrar el 2-0. Era tan importante irse en calma al descanso, pero al final el triunfo parcial sólo era por la mínima.

Ecuador, que llegó a Santiago con una mínima chance mundialista, salió a jugarse sus cartas en el complemento. Dejó espacios en retaguardia y empezó a bombardear el área de Bravo con centros para sus espigados arietes. Y pensar que el mismo Valdivia tuvo el ansiado 2-0 comenzando el lapso con una palomita casi en área chica.

El nerviosismo creció y si bien el empate no llegaba, el estadio entero lamentó casi como un gol en contra la amarilla mostrada a Vidal, que dejó al volante del Bayern Múnich fuera del partido trascendental con Brasil, en la última fecha de las Eliminatorias. Sin sufrir no vale, es el escenario que la generación dorada destapó cuando parecía terminado.

La amarilla también sacó a Vidal del partido en Macul, pero la figura de Valdivia siguió creciendo, corriendo, quitando incluso... generando espacios con sus pases.

Ecuador mandó a la cancha un tercer delantero, mientras Pizzi no atrevía a mover ninguna pieza, hasta que llamó Martín Rodríguez. Sacó a Vargas y mandó Sánchez como nueve. Y después sacó a Valdivia, en el peor momento, porque justo vino el empate ecuatorionao, de Recién ingresado Romario Ibarra.

Fue un golpe al corazón de Chile. El peor escenario. Pero apareció la casta de esta generación, con una pelota que peleó Vidal, con un remate fuerte de Gutiérrez y con el oportunismo de Alexis, el ariete histórico, que gritó el gol del triunfo como una final de la Copa del Mundo. Porque eso, fue un gol que vale un Mundial. Ahora hay que rubricar todo en Brasil. Este equipo quiere seguir con sus proezas.

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