La lista de jugadores que han defendido más de una camiseta de los llamados equipos grandes del país es amplia. Jean Beausejour, José Pedro Fuenzalida o Matías Zaldivia son algunos de los casos recientes en este sentido.

Otro exfutbolista que vivió una situación similar fue Sebastián Rozental. El exdelantero, quien fue parte de la selección Sub 17 que se quedó con el tercer lugar del Mundial Sub 17 de Japón en 1993 también fue parte de Colo Colo y Universidad Católica.

Esta situación le terminó pasando la cuenta cuando después de vestir la camiseta del Cacique volvió a la Franja.

“Tenía un montón de amigos en Colo Colo. Digo, no me quiere Católica (y entre) Colo Colo y la U, elegí Colo Colo y el primer semestre fue muy bueno. Jugamos bien, terminamos casi punteros. Hice siete goles en 14 partidos, jugué bien y después empiezan todos los problemas de la quiebra. Y eso generó un quiebre super grande entre la gente de la Católica, conmigo, que me odiaba”, señaló hace algunas semanas en una entrevista con el programa El Legado.

“Pasé a ser enemigo máximo, y todo lo malo que empezó a pasar en Colo Colo que terminó con la quiebra y con que terminamos jugando muy mal y yo terminé peleado con absolutamente todos y siendo casi el único jugador del club que no cobró la plata que se le debía por el tipo de contrato que yo tenía. Y más allá de eso, mi experiencia en Colo Colo yo la valoro. En un minuto dije que me arrepentí de haber ido a Colo Colo, pero no me arrepentí de haber ido a Colo Colo por jugar en Colo Colo, fue por el momento y a la gente de Colo Colo le tengo respeto. Me trataron bien mientras estuve”, continuó relatando.

Luego, se dio el tiempo para referirse a una anécdota que vivió en Ñuñoa. “Y después se dio algo histórico en el fútbol chileno. Yo vuelvo a Católica y en el Estadio Nacional, perdón la palabra que voy a usar, pero me puteaba la gente de Colo Colo y la gente de la Católica. Agarraba la pelota y pifiaban de los dos lados. Yo creo que nunca ha pasado eso”, recordó entre risas.

Claro que en el momento, la situación fue bastante complicada. “Fue duro, sobre todo para mi familia. Uno al final se va haciendo cuero de chancho y después de todas las cosas que te pasaron, uno entiende este ambiente. Mi mamá nunca más fue al estadio”, reveló.

“Yo no lo podía creer. En un minuto como que me daban la pelota y decía ‘esto no puede estar pasando’. Eso obvio influía en el rendimiento. Conmigo fueron súper duros. Lo entiendo, pero no lo comparto. Entiendo que el hincha es hincha y el fútbol es fútbol y más como está el mundo. Está todo muy polarizado, pero fue duro, fue súper duro”, cerró Rozental.