Sé que usted tiene una agitada vida social, donde las inauguraciones, cócteles, vinos de honor y homenajes copan casi toda su agenda. Ora el lanzamiento de un torneo de golf, ora la presentación de una nueva tecnología, ora el recibimiento de una figura deportiva que destaca en el extranjero. El día y sus escasas 24 horas no dan abasto para tanta actividad. Sin contar su legítima vocación de entrevistar, por algo tiene el título de periodista, a los deportistas chilenos más destacados. Cómo resistirse a una foto con la figura.
Solo la quiero molestar con una menudencia: los Juegos Panamericanos de 2023. Fíjese que el martes pasado, en un diario amigo (El Mercurio), tanto el presidente del COCh, Miguel Ángel Mujica, y el presidente de la Odepa, Neven Ilic, se quejaron de lo poco y nada que usted ha hecho con respecto a esta competencia. Que ya les aplazaron tres veces la conformación de la comisión organizadora de los Juegos. Hace más de un año que Santiago obtuvo la sede de los Panamericanos, algo por lo que luchó 60 años el deporte chileno, y hasta el momento no se ha hecho nada. Peor todavía, se retrocedió todo lo que se avanzó mientras estuvo el antiguo ministro. Para empezar, a usted y su defenestrado subsecretario, no les gustó el lugar elegido para emplazar la Villa Panamericana. Lo encontraron un poco rasca. Y, pese a que estaban los terrenos, una oficina de arquitectos lista y toda la voluntad del alcalde de Cerrillos, decidieron desechar el lugar. El problema es que no han propuesto ni buscado ninguna alternativa. Por el momento, sabe Dios dónde estará la villa.
Tan grave como eso, o más grave, es el corte de los presupuestos para el laboratorio de antidopaje de la Universidad de Chile. Nuestro país iba en camino en convertirse en un ejemplo y líder regional en control del dopaje, pero ustedes desarmaron todo, frenaron el desarrollo del laboratorio y retrocedimos a niveles de los países menos confiables del barrio. ¿Sabe qué? Ese laboratorio con certificación del COI y la WADA es obligatorio para la realización de los Panamericanos 2023. Es decir, van a tener que implementarlo igual, pero como hubo un retroceso en su desarrollo, ahora será el doble del trabajo.
Los Juegos Panamericanos son un evento importante, el de mayor envergadura que haya organizado Chile. Tal vez ninguno de sus amanuenses se lo advirtió. Sobre 12 mil deportistas de toda América vendrán a competir a nuestro país en más de 40 disciplinas. Significa una oportunidad única para decenas de federaciones que competirán mano a mano, y de local, contra rivales del más alto nivel. Un salto en el desarrollo deportivo descomunal. Lo mismo en cuanto a la promoción del deporte a nivel: es un antes y un después. La cosecha, al cabo de unos años, será contundente.
Organizar estos Panamericanos del 2023 es una tarea mayor: se requiere infraestructura, comunicaciones, una villa panamericana que es una pequeña ciudad, un mega centro de prensa, la movilización de casi 30 mil voluntarios, preparar de forma adecuada a quienes nos representarán en las distintas disciplinas. Un hito cultural e histórico del que se hablará por décadas.
Lamentablemente, su administración anda preocupada de cualquier cosa. No hay comité organizador, no hay sitio para la villa, se frenó el laboratorio antidopaje, el COCh y las federaciones no tienen ninguna señal desde su ministerio. Basta con mirar el archivo, señora ministra: desde que usted asumió, en las entrevistas le ha dedicado más espacio y energía a la pichanga en homenaje a su idolatrado Marcelo Ríos que a la organización de los Juegos Panamericanos. Así nomás.