Ya solo quedan dos torneos para que Serena Williams (407°) se retire oficialmente del circuito profesional. La de Saginaw no pudo ante Belinda Bencic (12°) y se despidió del Masters 1000 de Canadá entre lágrimas y una ovación descomunal de los fanáticos, quienes llenaron el court central del recinto de Toronto para ver a la leyenda viviente. La que es una de las mejores tenistas de la historia, ya piensa en Cincinnati y el US Open.
“Han sido muchas emociones las que he pasado estos días y también esta noche durante el partido. Obviamente, me encanta jugar aquí, me encanta este torneo, siempre me ha venido venir a competir a Canadá. Desearía haber jugado mejor, pero la realidad es que Belinda hizo un partido increíble, jugó muy bien. Las últimas 24 horas han sido frenéticas para mí, los amo a todos, este momento es memorable. Como ya escribí en mi artículo, soy terrible para las despedidas”, comenzó relatando la estadounidense en la entrevista post partido.
Una en donde no perdió la sonrisa, y en donde las lágrimas aparecieron de a poco en su rostro. Se le vio plena e incluso durante la hora y 17 minutos que estuvo sobre la pista, esa sensación la acompañó de forma continua. En una jornada especial, no había tiempo para reproches.
“Aquí he tenido algunos momentos increíbles en mi carrera, le guardo mucho cariño a esta pista y a este público. Tanto dentro como fuera de la pista, se me vienen múltiples momentos de mucha felicidad. Pero volveré, lo prometo, aunque será solamente para visitar la ciudad, por lo demás ha sido todo notable. Aquí he jugado y ganado algunos partidos increíbles a lo largo de mi trayectoria, algunas victorias geniales, incluso un partido loco ante Belinda hace unos años, aquel fue bastante intenso. Esto es lo que queda, ahora mismo estoy inmensamente feliz de estar aquí delante de todos ustedes, gracias por tanto apoyo”, comentó. Ese encuentro al que se refiere fue a la semifinal de Toronto 2015, donde la campeona de 23 Grand Slam cayó por 3-6, 7-5, 6-4.
Pero a siete años de aquel encuentro, la realidad fue otra. Obviamente, la número 12 del mundo fue muy superior a la menor de las Williams, logrando vencerla sin problemas por 6-2 y 6-4. Con 41 años casi cumplidos, se hace muy difícil exigirle algo dentro de la cancha a Serena, sobre todo tras haber estado más de un año sin disputar un torneo de forma profesional. De todas formas se despide de Canadá con tres títulos, los cuales consiguió en 2001, 2011 y 2013.
Con esta eliminación en segunda ronda (venía de vencer a Nuria Párrizas) el calendario de la ex número uno del mundo ya solo tiene dos fechas marcadas. Primero será cuando debute en el Masters 1000 de Cincinnati y después cuando llegue la hora de volver a pisar la cancha principal del US Open.
En Estados Unidos la esperan con fervor, al punto de que las entradas para el Grand Slam neoyorquino se vendieron casi en su totalidad después del anuncio de que la criada en Compton dirá adiós en esa cancha. Será una despedida gloriosa para la última gran tenista de la historia. Un momento que marcará un hito en la historia del deporte blanco. Se va una de las mejores.