Entrevista con Sergey Bubka, leyenda del deporte: “Esta experiencia ayudará a Chile a organizar más eventos; aquí hay un calibre de Juegos Olímpicos”

Sergei Bubka está de paso en Chile por los Juegos Panamericanos.
Sergei Bubka está de paso en Chile por los Juegos Panamericanos. Foto: Panam Sports

El rey de la pértiga está de paso en Santiago por los Juegos Panamericano. Durante algunos días ha recorrido la capital observando competencias y compartiendo con distintas personalidades. También se da el tiempo de dialogar con El Deportivo sobre sus jornadas en el país.



Sergey Bubka (59) es una verdadera leyenda del deporte. Nacido en Ucrania, pero representante de la Unión Soviética en grandes pasajes de su carrera, es considerado por muchos como el mejor saltador de todos los tiempos en su especialidad. Le dicen el rey de la pértiga. El oriundo de Lugansk está de paso en Chile por los Juegos Panamericanos 2023.

Al igual que otras figuras de categoría mundial, aterrizó en Santiago como invitado de honor de Panam Sports. En sus movidos días dentro de la capital, la leyenda olímpica hizo una pausa para dialogar con El Deportivo sobre lo que han sido las competencias, sus impresiones sobre lo que ha vivido en el país e incluso recordar sus grandes hazañas. Rememora con especial detalle su esperada medalla de oro en Seúl 1988.

¿Qué impresión se ha llevado de los Juegos Panamericanos?

Es todo muy bueno, la organización es muy grande y de un nivel top. Es una gran responsabilidad organizar estos eventos. Tuvimos una gran ceremonia de apertura. Todo anda muy fluido. Realmente es una labor muy difícil. Hemos estado en distintos deportes y todos saben lo que deben hacer. El público es muy bonito. Este sábado estuve observando la carrera de ciclismo y la gente estaba sumamente feliz. Sientes energía positiva. Eso es realmente genial.

¿Cómo han sido estos días en Chile?

Me siento muy bien. Es un lugar bonito. Estoy muy feliz de que me invitaran a los Juegos Panamericanos para ver la competencia y tener la oportunidad de conocer este país.

El deporte es un elemento movilizador para la gente...

El rol de los deportes es único e importante. Todo el mundo entiende el deporte alrededor del mundo, no necesitamos un lenguaje. Porque nos ceñimos juntos a la misma reglas, nos respetamos juntos. Esto hace que nos unamos para mostrar al mundo que podemos vivir en paz. Es un mensaje muy potente. Ese es el valor del deporte en ese apartado.

Sergei Bubka junto a Neven Ilic y Harold Mayne-Nicholls.
Sergei Bubka junto a Neven Ilic y Harold Mayne-Nicholls. Foto: Panam Sports

¿Ve a Chile como un país con cultura deportiva?

Mis primeros sentimientos son que en la ceremonia de apertura podías ver a la gente viviendo el deporte. Sintiendo el deporte. Están detrás de sus líderes y sus campeones. La reacción es muy positiva, ya que cuando todos hablan, todos están felices. Eso significa que conocen a los líderes del deporte y lo disfrutan bastante. Estando en el ciclismo vi que había una linda cantidad de gente, diferentes personas de distintos lugares fueron y disfrutaron. Para mí, ustedes ven deporte y tienen deporte. Tienen grandes campeones. Mi impresión es muy positiva. Esta instancia es grande, son cerca de 10 mil personas, la verdad es que tiene un calibre de Juegos Olímpicos.

¿Ha podido compartir con deportistas chilenos?

Sí, pero no mucho. Los pude ver competir. Aún no he podido conversar con ellos, porque llevo muy pocos días y no he asistido a tantas competencias panamericanas.

¿Cree que Chile tiene la capacidad de seguir organizando megaeventos?

Sí, están listos. En esta ocasión hay casi 10 mil personas. Estos son como Juegos Olímpicos. Son números de esa magnitud. Esta experiencia los ayudará en el futuro a organizar otros eventos, ya sean Juegos Olímpicos o campeonatos grandes. El futuro ahora solo depende de ustedes.

Mirando hacia atrás en su historia personal, ¿recuerda su triunfo más memorable?

La más difícil y emocionante fue la victoria olímpica en Seúl. Quería ser un campeón olímpico. En 1984 por un boicot no pude competir. Luego pasaron cuatro años y la verdad es que en aquel momento estaba muy estresado. De verdad quería ser medallista olímpico. Quería el oro. Y me reventé para eso. Pero en el último intento liberé las tensiones y lo logré. Me transformé en un campeón olímpico.

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