A sus 76 años, Sergio Markarian maneja la misma claridad en los conceptos que lo han llevado a dirigir en Sudamérica y Europa. Didáctico y expresivo, el extécnico de Universidad de Chile rescata su paso por el club del chuncho con la misma franqueza que analiza a la Roja en las Eliminatorias para Qatar 2022. Una larga conversación, en donde el uruguayo enfrenta sin todas las materias que se le consultan, desde balompié nacional hasta la Selección y las Eliminatorias Sudamericanas.
¿Cómo está la situación de la pandemia en Uruguay?
Estamos con muchos casos, ahora en una especie de meseta descendente y con muy buen proceso de vacunación. Después de Chile, en América Latina somos los que más hemos vacunado. Nos estamos cuidando lo más que podemos, pero hay veces en que tenemos que salir para tener alguna relación con el resto. Evitamos las reuniones y los contactos extensos.
¿Cómo ha visto estas Eliminatorias Sudamericanas?
Es demasiado sui generis. La pandemia marca una cantidad de dificultades que, en principio, parecen parejas para todo el mundo. Todo depende cómo te tome. Por ejemplo, si esta doble fecha te toma con muchos casos o algunos que estén recuperando, obviamente bajará la calidad de tu plantel. Es una dificultad cierta. Además, se presenta la negativa de Europa a darnos los jugadores para las fechas estipuladas. El calendario queda muy apretado, los compromisos con la televisión impiden la racionalización de los calendarios. Se empieza a jugar demasiado seguido, los rendimientos quedan afectados… En fin, hay un montón de cosas que no son como uno quisiera. Uno preferiría un fútbol diferente, con jugadores a pleno, descansados, en su plenitud para correr. Es lo que queda después de todo este desbarajuste de la pandemia.
¿Se han dado los resultados esperados?
La tabla de posiciones refleja los rendimientos de los equipos. Hay un claro dominador que es Brasil, Argentina ha jugado a un gran nivel para todos los problemas que tiene. Ecuador ha tenido un inicio muy auspicioso, como en la eliminatoria anterior, aunque después se cayó. Y ahí se mete Paraguay… Pero es el inicio, esta doble fecha puede marcar algún cambio. Por ejemplo, Paraguay la tiene complicada para mantenerse cuarto, juega en Uruguay y de local con Brasil, no sé si sumará el 50% de los puntos. Para Chile puede ser bueno, si logra cuatro puntos se mete entre los cinco primeros. Creo que arriba no habrá muchos cambios, pero no sé si Brasil mantendrá el ciento por ciento de los puntos. Juega con Ecuador, que tiene un técnico como Gustavo Alfaro que sabe jugar muy bien de visita.
¿Qué le ha parecido Chile?
Hay que verlo en el contexto de un largo proceso en el que ha tenido la mejor selección de su historia, que lo llevó a instancias importantes y a ganar títulos de Copa América. Pero le ha costado el recambio generacional, como a todos. Si en la defensa y en el medio ha encontrado alternativas, no ha ocurrido lo mismo en el ataque, donde no ha podido encontrar las opciones de Eduardo Vargas y Alexis Sánchez en su mejor momento, o más atrás en el tiempo a Humberto Suazo, el mismo Jorge Valdivia en el medio… Chile tenía un gran poder ofensivo con el auxilio de Mauricio Isla, de Jean Beausejour, además de Arturo Vidal. Ese poderío ofensivo hoy no lo tiene. Lo que sí tiene es un entrenador muy capaz, como Martín Lasarte. Aparte de ser una persona respetable, seria y responsable; al cual le deseo el mejor de los éxitos porque se lo merece.
¿Usted es amigo de Martín Lasarte?
No, pero tengo muy buena relación con él. Alguna vez tuvimos un proyecto de trabajo juntos. Si alguna vez me proponían la dirección deportiva de algo importante, mi idea era llevar a Martín como entrenador.
¿Le alcanzará a Chile para llegar a Qatar 2022?
Esto es muy largo y hay muchas que influyen. Yo creo que Chile ha mejorado, la eliminatoria pasada sí tocó fondo. Por más que los puntos contra Bolivia favoreció más a Perú, en el juego Chile estuvo lejos de lo que era. Lo veo ahora con nuevas fuerzas, con nuevos bríos y la presencia de Martín (Lasarte) le hará bien al plantel. Es un hombre de un carácter serio, muy tranquilizador. A los jugadores chilenos que han vivido situaciones de estrés como grupo humano, Martín les va a hacer bien. Los jugadores lo respetan mucho.
¿Qué equipos sudamericanos clasificarán a la próxima Copa del Mundo?
No me animo a decirlo. Siempre hay candidatos, todos los conocemos, prefiero no dar nombres, afecta nacionalidades y tengo muchos amigos en todos lados. Alguien se puede molestar.
¿Cómo tomó la partida de Reinaldo Rueda de Chile?
Para mí, todo fue una sorpresa, que haya estado tan poco tiempo y se haya ido inmediatamente a la selección de Colombia… Sinceramente, hasta hoy no lo entiendo.
Colombia lo fue a buscar y Chile no quería a Rueda…
A ver, hay temas de ética que hay que cuidarlos, porque después hablan bien o mal de la gente. Si Colombia lo vino a buscar y Rueda tenía un compromiso con Chile, entonces Colombia no hizo bien las cosas. Y si Rueda escuchó a Colombia cuando estaba con Chile… No sé, yo no voy a juzgar a nadie, pero yo no lo haría. Y si la federación chilena tenía una decisión tomada debió cumplirla y no andar dando tantas vueltas. Acá hay muchos actores que no hicieron bien los deberes.
“Si Colombia lo vino a buscar y Rueda tenía un compromiso con Chile, entonces Colombia no hizo bien las cosas. Y si Rueda escuchó a Colombia cuando estaba con Chile… No sé, yo no voy a juzgar a nadie, pero yo no lo haría”.
Markarian
MIRANDO LA COPA LIBERTADORES
¿La Católica juega con Nacional, que tiene muchos casos de Covid?
Nacional está último en el grupo, pero está mal por errores propios, no se puede culpar al Covid. Nacional ha jugado muy mal. El último partido cambió el sistema que venía utilizando, tiene un entrenador nuevo y todavía no tiene claro qué es lo que hará. Ahora tiene bajas por la pandemia, pero sus problemas están en otros lados, no ha defendido bien y cuando eso ocurre estás muy lejos de jugar bien. Cuando atacas mal y defiendes bien, estás más cerca de jugar bien.
La UC es el tricampeón del fútbol chileno…
No lo vi en los procesos anteriores. Pero en la Copa pasada no me llamó la atención. Ahora lo he visto, porque hay un amigo al mando del equipo. Gustavo Poyet es un técnico con el que trabajé mucho en las inferiores y tengo un gran cariño por él. Le deseo lo mejor. A Católica la he visto mejorando en las últimas fechas. Los dos últimos partidos los jugó bastante bien, sobre todo en el triunfo ante Argentinos Juniors. Con mucha templanza, mucha decisión. Está en buen camino de seguir creciendo. Las series son muy parejas, hay mucho dinero e intereses en juego en la Libertadores.
¿Cómo toma el debut de Poyet como técnico en el fútbol sudamericano?
Me sorprendió. Estuvo voceado para ser el técnico de Peñarol, incluso hizo declaraciones de que existía la posibilidad. Me dio gusto que viniera a Sudamérica. Poyet es de acá por más que ha vivido muchos años en Inglaterra. Es bien uruguayo… Por más que yo sé que su familia quiere seguir viviendo en Inglaterra.
En los primeros partidos el equipo dejaba dudas, incluso el propio Poyet dijo que “estaba aprendiendo”…
Desconozco todos los detalles. Hay entrenadores que en la primera semana transmiten todo lo que deben y logran que el equipo juegue a su gusto desde el inicio. No conozco la metodología de Poyet, además yo últimamente he trabajado más en selecciones. Por más que los seleccionadores se quejan de que no hay tiempo para trabajar. Yo hago una dura crítica a eso. Sí se puede trabajar, hay que hacer microciclos cortos de alto contenido táctico. Y se pueden transmitir las ideas del técnico en tres o cuatro días. Pero es ladrillo sobre ladrillo, con varias fechas FIFA y una que otra Copa América puedes obtener sistemas que te permitan jugar bien.
¿Qué concepto tiene usted de Poyet?
Es muy buen chico, él dirigió el fútbol infantil en Uruguay y me tuvo a mí y a Tavárez como asesores. Creo que hicimos un buen trabajo, la red de fútbol uruguayo abarca a más de 60 mil niños. Una organización casi perfecta y autosustentable. Ahí trabajó Poyet, en un proyecto que sentó las bases de lo que es hoy el fútbol uruguayo.
Parece que nadie puede competir contra los brasileños en la Libertadores…
No hay manera de que un equipo que no sea de Brasil o Argentina llegue a las fases finales, como lo hacíamos antes. Por como está hecha la Copa. Es difícil competir cuando tú tienes tres o dos cupos y ellos tienen seis o siete. Eso, además de que sus ligas son más poderosas. Pero ojo, hay brasileros malos. Peñarol le hizo seis a Corinthians en dos partidos por la Sudamericana.
El recuerdo de la U
¿Usted cree que volverá pronto a dirigir?
Si me coloco la segunda vacuna y llega un proyecto nuevo, volveré a trabajar. Si no, me quedaré en mi casa preparando material, haciendo conferencias que incluso irán al resto de América. Me sigo perfeccionando, los tiempos nos exigen a los entrenadores estudiar cómo hacer que los jugadores entiendan lo que queremos.
“Yo llegué a un equipo que estaba bajo en la bolsa, que estaba fundido, donde no se querían los jugadores…. Querían echar a la mitad del equipo, que los dirigentes tenían lío con la hinchada, que la hinchada no quería a nadie, que no tenía poder político, que no salía campeón… Yo llegué en esas condiciones. Después dejé un equipo campeón, con un proyecto”.
Sergio Markarian
¿Todavía siente el cariño de los hinchas de la U?
Muchas veces me cruzo en algún aeropuerto o con gente de Chile que viene de vacaciones acá y tengo una nuera chilena. Siempre me cuentan del cariño que me tienen y, claro, también hay gente que no me quiere. Esto es así. Yo sé lo que hice en la U. de Chile. Yo sé que en la U había una historia antes de mí y otra después de mí.
¿A qué se refiere con eso?
A todo, todo. Yo llegué a un equipo que estaba bajo en la bolsa, que estaba fundido, donde no se querían los jugadores…. Querían echar a la mitad del equipo, que los dirigentes tenían lío con la hinchada, que la hinchada no quería a nadie, que no tenía poder político, que no salía campeón… Yo llegué en esas condiciones. Después dejé un equipo campeón, con un proyecto. Con jugadores que se vendieron en cifras millonarias, que permitieron un crecimiento institucional y deportivo como nunca había tenido en su historia. Hay que ver qué había antes y qué hubo después. Entrenábamos en un parque cerca del Nacional, no éramos locales en ningún lado, jugábamos en ciudades del interior. Fue un mérito grande ser campeón en esas condiciones.
¿Por qué se marchó?
Porque en el contrato de inicio de la tarea hubo cosas que no me gustaron y les dijimos a los dirigentes que, por más que firmáramos por un año, a los seis meses nos iríamos. Y así fue. Salí campeón y, como había prometido, me fui.
¿Era irrevocable?
Cuando tomo una decisión la respeto.
¿Y usted avisó a la dirigencia?
En el propio acto de convenir el contrato hicieron cosas que no me gustaron. Yo voy a Santiago a gestionar el contrato, invitado por la dirigencia. Se arregla el contrato y cuando la prensa me va a buscar al aeropuerto, porque yo regresaba a Montevideo yo los dije ‘no hay técnico’. Me fui sin contrato. Y a los dos días, arrepentidos por lo que habían hecho, me llaman y me dicen ‘Sergio venga, que está todo bien’. Ahí dije, ‘bueno, yo voy, pero la cosa será más corta’.
¿Qué tipo de problemas?
Eran temas vinculados a la cifra. Me habían ofrecido una suma y cuando yo llegué a firmar la cifra era más baja. Después ofrecieron más, incluso, y yo no acepté, lo hicimos por la cifra original que habíamos pactado.
Pero los hinchas quedaron con gusto a poco…
Hay distintos puntos de vista. El tema era asacar a la U. de Chile de su situación. Lo tomamos 20 días antes de decidir la participación en la Copa, eliminamos a Pachuca que había gastado cifras millonarias y lo eliminamos. En seis meses, salí campeón y clasifiqué para dos Libertadores. Los jugadores que se iban del club, por gestión mía se quedaron y después se vendieron en cifras millonarias.
“No lo recuerdo (la frase “extrañamente nerviosos”). Debe haber siso una tontería que dije. Es posible que lo haya dicho y, absolutamente, justificable. Ayer (el domingo) vimos un clásico en Argentina donde había un equipo que estaba nervioso. Los clásicos son partidos de mucho nervio, se juegan demasiadas cosas”.
Markarian
¿Tal vez su deuda fue el clásico ante Colo Colo?
Sí, pero es un detalle. Jugué para ser campeón y así fue. Gracias a Dios que me llevó en el momento oportuno.
Después de esa derrota de 3-1 ante Colo Colo en el Nacional usted dijo que sus jugadores estaban “extrañamente nerviosos”…
No lo recuerdo. Debe haber siso una tontería que dije. Es posible que lo haya dicho y, absolutamente, justificable. Ayer (el domingo) vimos un clásico en Argentina donde había un equipo que estaba nervioso. Los clásicos son partidos de mucho nervio, se juegan demasiadas cosas.
Otros hinchas lo recuerdan por ese partido entre Sol de América, que usted dirigía, y Olimpia, que se retrasó y dejó afuera a Colo Colo de la Copa del ’89…
Bueno, yo también me acuerdo del Colo Colo vs. Cobreloa, puedo decir lo mismo. Para eso tengo buena memoria.
Se hablaba del “tongo paraguayo”…
Eso no era verdad. Se cortó la luz del estadio y se debió jugar después. Así fue, nada más.