La organización de los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos Santiago 2023 logró reponerse de un duro golpe después de que el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) finalmente aprobara la declaración de impacto ambiental presentada por Sofía Rengifo Ottono, directora del Instituto Nacional del Deporte.

En un primero momento esta fue rechazada por la falta de información presentada en la primera solicitud, las que fueron aclaradas en el último trámite.

Entra las faltas que se habían detectado estaban la “falta de la indicación de las partes, obras y acciones asociadas a esta fase, incluyendo los períodos de pruebas y de puesta en marcha, si correspondiese; la fecha estimada e indicación de la parte, obra o acción que establezca el inicio y término de la fase; el cronograma de las principales partes, obras y acciones asociadas a esta fase, utilizando cualquier herramienta de representación gráfica del progreso del proyecto o actividad; la mano de obra requerida durante su ejecución”.

Además complementaban que “en caso de que el proyecto contemple actividades de mantención y conservación se deberán indicar aquellos aspectos considerados para las actividades generales”.

Por otro lado, la resolución advertía que el Anexo 11 de la Declaración de Impacto Ambiental no contenía la información que el documento decía que se adjuntaba. Es decir, no coincidían.

También llamaba la atención que uno de los proyectos, la construcción del Centro de Entrenamiento del Atletismo, tuviera presupuestada su entrega final para fines de diciembre de 2023. O sea, casi dos meses después del término del megaevento.

Por otro lado, ya están publicadas las licitaciones para la pista atlética Mario Recordón y el Centro de Entrenamiento y Competencia de los Deportes de Raqueta y en los próximos días se publicarán los correspondientes al deporte colectivo y la explanada de deportes urbanos.

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