El Sevilla le propina su primera gran derrota continental a Mourinho: los andaluces ganan la Europa League por séptima vez
Ambos equipos igualaron 1-1 en los 120 minutos de partido. Paulo Dybala anotó para la Roma y un autogol de Gianluca Mancini permitió la igualdad. En la definición, los andaluces no fallaron ninguno de los cuatro primeros y los italianos fallaron en dos, para el 4-1 final.
Sevilla fue más eficiente en el duelo de invictos. El equipo hispano logró su séptimo título en la Europa League, en igual cantidad de finales, tras empatar 1-1 en 120 minutos y derrotar en los penales a la Roma de José Mourinho, quien cayó en su primera final continental, tras ganar las primeras cinco.
Porque desde el inicio quedó reflejado el planteamiento de uno y otro equipo. El cuadro andaluz, acostumbrado al toque y a abrir la cancha, no encontraba los espacios ante el férreo dibujo de José Mourinho en defensa.
Una vistosa línea de tres en el fondo, que se transformaba en cinco cuando el equipo se replegaba. El cuadro de José Luis Mendilibar no se mostraba cómodo en la cancha del Puskás Arena y sus centros al área era continuamente despejados por la altura de los italianos.
A los 12 minutos, el cuadro de La Loba tuvo la ocasión más clara. Una jugada que comenzó Leonardo Spinazzola con un cambio de frente para el argentino Paulo Dybala, quien no sería de la partida, según el ladino DT portugués.
El buen desborde del transandino terminó en los pies del mismo futbolista que inició la jugada, aunque su remate salió demasiado recto para que el meta marroquí Bono rechazara en el medio del arco.
Y los italianos tenían aprendido su libreto. Esperaban para cortar los circuitos sevillanos y salir rápidamente. Así abrieron la cuenta. A los 35 minutos, Bryan Cristante rescató una pelota en el medio y habilitó de manera a precisa a Dybala, quien remató cruzado para derrotar a Bono.
En el final del primer tiempo, el elenco andaluz intentó equiparar las cifras. En el final del tiempo reglamentario, Fernando se encontró con un cabezazo tras un córner, pero no pudo darle dirección a la pelota para vencer arquero romano Rui Patrício.
En el sexto minuto de descuento -el juez inglés Anthony Taylor dio suete- un zurdazo largo de Ivan Rakitic dio en el palo izquierdo de la portería italiana, en la más clara del elenco nervionense.
Empate y alargue
En el tiempo complementario, el técnico sevillano dispuso el ingreso de Suso y Erick Lamela, los mismos jugadores que dieron vuelta la semifinal de vuelta ante la Juventus de Turín.
Pero el partido quedó en el mismo lugar en que se quedó en el primer tiempo. Sevilla sumó más gente en ofensiva y la Roma se retrasó, incluso, un poco más, de manera peligrosa.
A los 55 minutos, el club más ganador de la Europa League consiguió el ansiado empate. El capitán Jesús Navas volvió a centrar desde la derecha, pero esta vez su centro dio en la rodilla en el zaguero italiano de Gianluca Mancini para derrotar a Rui Patrício en su propio arco.
Tras la igualdad, el encuentro no salió de su eje. El equipo nervionense atosigaba a los italianos, que se defendían con dientes y muelas para evitar una nueva caída de su portería.
Sin embargo, la Roma estuvo muy cerca de volver a ponerse en ventaja con una pelota detenida. Un tiro libre al área que, después una serie de rebotes, Roger Ibáñez le pegó afuera desde el punto penal.
Cuando faltaba un cuarto de hora para el final, se produjo una de las grandes polémicas de la final. Ibáñez derribó a Lucas Ocampos en el área y el árbitro Taylor apreció como penal. Sin embargo, el británico revisó las imágenes y reversó el cobro.
En el final del tiempo reglamentario repartieron ocasiones. Por el lado del equipo de la Ciudad Eterna, Andrea Belotti estuvo cerca de derrotar a Bono en una jugada preparada.
En los descuentos, un largo remate de Suso desde fuera del área obligó a un rebote del golero romano que no pudo ser capitalizado por ninguno de los sevillanos en el área contraria.
Eterno campeón
En el inicio del suplementario, la Roma intentó adelantar un poco más sus líneas, pero carecía de la profundidad para sorprender a la escuadra andaluza. Al otro lado, el equipo del barrio de Nervión de a poco retomaba el control del juego, con un poco más de fútbol.
Pero el cansancio de los romanos era evidente. Sevilla tenía más empuje, pero tampoco mucho más para hacer la diferencia. En los minutos finales del segundo suplementario, ambos equipos parecieron resignarse con los lanzamientos penales, sobre todo por la gran cantidad de jugadores con molestias físicas, en el epílogo.
En la última jugada de partido, un cabezazo de Chris Smalling, que dio en el horizontal, estuvo muy cerca de entregar el triunfo al equipo de La Loba. Sin embargo, el título se definió desde los doce pasos.
Sevilla fue mucho más eficiente. Marcó los tres primeros lanzamientos, mientras que los italianos fallaron dos de los primeros tres: Bono atajó el tiro de Gianluca Mancini y el palo de Roger Ibáñez dejó el título servido a los españoles.
En el cuarto, Rui Patrício atajó el remate Gonzalo Montiel, pero el árbitro hizo repetir la ejecución para que, en la rélica, Sevilla se llevara la séptima estrella de su historia en la Europa League, además de los 4,5 millones de dólares por vencer al final.
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