“Si le robas a Massú, él te va a robar más”: la hilarante anécdota del Vampiro tras una injusticia sufrida en un torneo
El capitán de Copa Davis reveló una historia desconocida sobre cómo debió enfrentar a un rival que quiso hacerle trampa. Además, se refirió a la pérdida de su abuela materna hace unas semanas.
Nicolás Massú es uno de los invitados estelares a la edición de este viernes, a las 22.30, del programa Podemos Hablar de Chilevisión. Ahí el capitán de Copa Davis contó sus momentos más íntimos y también divertidas anécdotas. Precisamente, el Vampiro reveló una increíble historia que vivió siendo juvenil en una de sus primeras giras a Norteamérica.
“Esto pasó hace muchos años. Primera vez que viajábamos a jugar un torneo a Estados Unidos, y la semana anterior al Orange Bowl, que es bien conocido, se hacía uno que era de preparación, más chiquitito, ahí mismo, cerca, y resulta que nosotros íbamos a cargo de un entrenador como de 10 jugadores. Empezó el torneo y creo que me tocó jugar con un francés y el tipo llegó con su entrenador y su familia…”, comenzó diciendo.
“Resulta que estábamos peleados, 3 iguales y como son torneos de menores, las canchas estaban todas en una línea. Y yo gano un punto súper importante, que pegó un metro adentro la pelota y el tipo me la cantó mala y yo, caliente, mal, a las puteadas hablando con mi entrenador le digo ‘este tipo no me conoce, mira lo que voy hacer’. Creo que me desconcentré y me pongo de 3 iguales, 5-3 abajo, y en un momento termino un punto o termina el game, no me acuerdo, 5-3 canta él y yo le digo 5-3 pa’ mí. Llega el árbitro, queda la cagada...”, continúa.
Luego, la discusión da un giro insólito. “Al final, el tipo me da sus explicaciones de por qué él iba ganando 5-3 y yo le decía que yo iba ganando por esto, por esto y por esto. Al final él empezó a dudar, mi entrenador no podía creer… Y el árbitro, para no tener más problemas, (dijo) ‘sabí que más: 4 iguales’. Le gano 6-4, porque se desconcentró y yo estaba preparado para eso. Segundo set empieza a llover, cancha de cemento apenas caen un par de gotas peligrosas y el tipo quería parar de jugar y yo no, lo volví loco. Terminamos jugando en una cancha patinosa, gané 6-4 y 6-3, el tipo quedó loco y al final resulté haciéndole trampa, pero porque yo le dije a mi entrenador ‘si a mí me roban una, yo les voy a robar mucho más’. Entonces me hice una fama ahí. No se metan con Massú, es peligroso y aparte si le robái, él te va robar más. Al final esto fue una trampa, porque primero me trampearon a mí”, reconoció.
El capitán de Copa Davis también habló de su presente como técnico. “Me gusta tanto la competencia que si veo un torneo por la televisión y no estoy, siento que debería estar ahí. Realmente siento que me duele. No he encontrado nada más que me motive en otro trabajo o en otra cosa que no sea el tenis y, cuando estaba a punto de retirarme, yo sabía que quería ser entrenador. Y hay momentos de soledad, obvio, pero también esos momentos de soledad me gustan, porque paso mucho rato con mucha gente y esos momentos me lo tomo para mí… Hago la misma vida que cuando tenía 25 años, viajo 30, 35, 40 semanas al año. La diferencia es que antes era el personaje importante, todo giraba en torno a mí y ahora soy entrenador y no todo gira en torno a mí; yo debo girar en torno a las personas que entreno, al equipo… Esa diferencia hay que entenderla: que tu momento ya pasó y que buscas que a tus pupilos les vaya bien”, confesó.
Un dolorosa pérdida
Hace algunas semanas, Nicolás Massú perdió a su abuela materna Veronika Vegvari. Ahí se refirió a ese doloroso momento. “Tuve la oportunidad de estar un par de días en el rezo, después de un mes que falleció, porque justo estaba en México trabajando y fue todo muy rápido; pero me alcancé a despedir justo antes de viajar a Puerto Vallarta, donde tenía un torneo. Como que antes de viajar, sentía que podría ser la última vez, porque se iba sintiendo. Uno analizaba la situación y aparte de lo que decían los médicos y bueno estaba bastante dormida, pero siempre estuvo lúcida hasta los 95-96 años. En nuestra familia hemos perdido… a mi me ha tocado perder a mis dos abuelitas en los últimos dos años… Mi abuelo, el esposo de mami Vera, don Ladislao, quien también falleció con noventa y tantos, 91-92 así que son longevos todos. Así que me quedó con la alegría, dentro de la tristeza momentánea ahora, de que pude compartir con ellos al máximo”, expresó.
Además recordó la historia de resiliencia de su familia. “Mis dos abuelos, Ladislao y mami Vera, estuvieron en un campo de concentración en Auschwitz, llegaron en el año 45 a Valparaíso… sin nada, sin hablar el idioma, al otro lado del mundo, con todo ese sufrimiento que es atroz, y se tuvieron que hacer fuertes, dejaron atrás muchas muertes de familiares, cercanos y durísimo. Cuando era chico, me recuerdo que mi abuelo me llevó a ver la película La lista de Schindler, tenía 10-11 años. Entonces, algunos recuerdos, que en el fondo iba entendiendo un poco lo ellos habían vivido y mucha gente me pregunta a mí también por qué yo tengo esa actitud, esa fuerza, esa garra. Y todo eso se debe producto a mi personalidad, pero también de una historia familiar de esfuerzo, de dolor y creo que eso me hizo entender que en la vida uno debe ser fuerte”, explicó.
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