El sigiloso jaque mate a Mosa

Aníbal Mosa llegó ayer a media mañana a la Casa Alba. Bajó raudo y confiado de su BMW, con un elegante abrigo café. Sabía que su mando en Colo Colo estaba en entredicho, pero no tenía idea de lo que le esperaba horas después...

Lejos de ahí, sin que nadie lo supiera, Gabriel Ruiz Tagle estaba pegado al teléfono. Siguiendo paso a paso los detalles de la Junta Ordinaria de Accionistas. El mismo fono con el que sigilosamente fue coordinando desde hace tres semanas lo que sería un verdadero golpe magistral a la cabecera de la Sociedad Anónima. Todo partió con un llamado de un accionista equis (minoritario), explica a La Tercera un cercano al empresario. El siguiente paso fue ir sumando apoyo para un posible regreso y candidatura a la presidencia de Blanco y Negro.

Los números rojos del último balance publicado por la SVS, con más de $ 3 mil millones en pérdidas y $ 6 mil millones acumulados en todo el período de Mosa, fueron el gran argumento para solidificar la secreta organización.

Había que actuar en conjunto y, lo más importante, sin generar sospechas. Lo primero que debía hacer el empresario era adquirir parte de la propiedad de ByN. Como si nada, un día cualquiera en la Bolsa, fue comprando acciones que estaban en el mercado hasta llegar a cerca del 1,5 por ciento de la propiedad de la SA. Cumplida esa parte, lo siguiente era moverse con otros accionistas minoritarios, elegirlos con pinzas e ir incorporándolos al grupo que secretamente podía darle un derechazo al rostro de Mosa.

Era importante también que en esta jugada participara Leonidas Vial, el gran opositor del puertomontino y líder del bloque que le declaró la guerra al interior de la cúpula alba. Reuniones en las oficinas de Ruiz Tagle y en las mismas dependencias de Vial. A través de su corredora de bolsa (LarraínVial), se fueron agrupando los accionistas necesarios para asegurar el ingreso del ex subsecretario y ministro del Deporte en el directorio. Más de 100 propietarios menores se reunieron detrás de él, acumulando el 10,4% de la torta de ByN. Una cantidad que le abría una silla en la mesa directiva como uno de los siete accionistas con más representación. Y que dejaba sin derecho a ella a Pablo Morales, del grupo de Mosa, y su 9,2% de participación.

Recién el viernes, Ruiz Tagle y sus asesores llegaron a la meta. Sumados sus porcentajes con los del bloque de Vial alcanzaban el 52% de la propiedad, la cifra que calcularon suficiente para adelantar a Mosa y restarle una silla. Pasaban a comandar así el equipo más poderoso de Chile. Había que mantener reservas, sin embargo. El mercado no podía ser delator de la movida. Si el ahora ex presidente de Colo Colo se enteraba, podía intentar comprar a su vez más papeles y toda la operación corría el riesgo de irse al tacho de la basura.

Pero el sureño, tal como se lo reconoció al nuevo directorio ayer por la tarde, no tuvo ninguna sospecha de lo que se le venía. Hace un año sí logró frenar el asalto al poder de Vial, asociándose a última hora con la Corporación. Ayer no lo vio venir.

Pasado el mediodía, el jaque mate. Se develó que Ruiz Tagle volvía al Monumental como una de sus principales autoridades. Se sabía también que era inminente su designación como mandamás de la institución, que ya encabezó entre 2007 y 2010. Ya no era necesario seguir todo a distancia, el empresario arribó a Macul a las 14.52 con una sonrisa de oreja a oreja, para asumir, por segunda vez, la cabecera del Cacique.

"Estoy muy, muy contento de volver. Hace un par de semanas recibí una invitación de un gran número de accionistas, quienes me pidieron retomar las funciones como presidente… Y yo tenía un gran vínculo desde la vez anterior que estuve a cargo de este club. La idea es producir un cambio grande en la mentalidad y en la situación del club", expresó.

Minutos antes, Mosa se despedía de su rango y anunciaba que se quedaba como un accionista más en el directorio. "Gabriel Ruiz Tagle se juntó con un grupo de empresarios más importantes que yo y se pusieron de acuerdo para sacarme. No tiene más lógica", sentenció. Habló de un "tema político", también, resignado, descolocado. El jaque mate estaba decretado.

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