En tiempos de una emergencia sanitaria a nivel global, Daniel Bertoni, uno de los ídolos de Independiente de Avellaneda, dijo que el club de toda su vida “hace tiempo que está en terapia intensiva”. Con el fútbol argentino detenido a causa del coronavirus (se debería estar disputando la Copa de la Superliga), en este mes se destapó una olla a presión en el Rojo: los serios problemas económicos que tiene la institución. La caja de Independiente se fue vaciando en los últimos años a causa de gastos millonarios, hasta que explotó la bomba: 12 jugadores enviaron cartas documento para intimar el pago de las deudas que, para algunos, se arrastran desde diciembre. El club reaccionó y salió a responder que no habían llegado tales cartas.

Esta historia parte con una realidad completamente distinta. A fines de 2017, el equipo que dirigía Ariel Holan ganó la Copa Sudamericana en el Maracaná, al Flamengo de Reinaldo Rueda. Esa gran campaña permitió grandes ventas posteriores: Nicolás Tagliafico, al Ajax; Ezequiel Barco, al Atlanta United; y Maximiliano Meza, al Monterrey. Entre los tres juntaron, aproximadamente, 30 millones de dólares. Entre 2018 y 2019, Independiente comenzó a hacer grandes gastos en jugadores, y aquello no siempre se reflejó en la cancha con rendimientos destacados. Solo en el mercado de pases de enero de 2018, invirtieron US$ 13,5 millones.

En junio del mismo año, se reforzaron con dos chilenos: Pablo Hernández y Francisco Silva. El Rojo compró el pase del Tucu al Celta de Vigo por US$ 1,4 millones. Por su parte, el Gato llegó como agente libre, pero tenía un contrato alto. Luego, para el verano de 2019, el gasto fue de US$ 7 millones, de los cuales 6 se desembolsaron para comprar al paraguayo Cecilio Domínguez, al América de México. Se fue Holan y llegó Sebastián Beccacece, de corta estadía en la institución porque los resultados no lo acompañaron. Para el mercado de invierno de 2019, con el extécnico de la U al mando, fue el mayor gasto del club en este periodo: US$ 14,8 millones. Paulatinamente, la caja de Independiente se fue vaciando y las deudas se multiplicaron. Ante esto, aparecieron las demandas.

Aunque hace rato que dejó Argentina y hoy sigue su recuperación en Chile tras la fractura de tibia y peroné sufrida en la carpeta sintética del Nicolás Chahuán en septiembre del año pasado, Francisco Silva está en litigio con su exclub. Reclamó a la FIFA en noviembre de 2019 una deuda de 800 mil dólares de parte de Independiente. Así como este caso, son más los jugadores o clubes que le reclaman ingresos al club argentino.

El propio capitán, el arquero Martín Campaña, está metido en un entuerto, porque se filtró una carta en la cual reclamaba un no pago salarial desde enero, y en la misma aparecían datos personales del jugador. El uruguayo hizo una denuncia para investigar quién filtró aquello. Por lo mismo, la propia FIFA está siguiendo la situación de la institución e incluso la puede castigar.

Pablo Hernández tiene contrato con el Rojo hasta junio de 2021. Arrastra una larga inactividad luego de la rotura de ligamentos de la rodilla izquierda que sufrió el año pasado. Su último partido fue el 6 de agosto, ante la Universidad Católica de Ecuador, por la Copa Sudamericana. La lesión llegó en un pésimo momento, porque el seleccionado chileno estaba siendo un elemento titular y el goleador del equipo. Justo cuando estaba para reiniciar sus entrenamientos, apareció el coronavirus y paró el fútbol. “Es más importante la salud, estoy con muchas ganas de jugar”, dijo recientemente en Tucumán, su ciudad natal, donde arribó para pasar la cuarentena tras pedir permiso.