El calendario anual de Simona Castro (31 años) indicaba que hoy enfrentaría la última sesión clasificatoria de los Juegos Olímpicos de Tokio. No pasó nada de eso, porque el Coronavirus atrasó todo 52 semanas, pero eso no quiere decir que la nueva planificación sea sencilla de hacer.

Podría pensarse que de aquí a enero se puede mantener el estado físico y desde ese mes, repetir lo que se pensaba hacer en 2020, pero no es así. “La planificación se va a definir cuando se sepa más. Depende de quiénes van a hacer los eventos, si vamos a tener acceso a ellos, de cómo sigue la pandemia en el país, de cómo sigue en el exterior... Depende de muchos factores”, comenta la gimnasta, quien en Japón tendrá su tercera experiencia olímpica, tras Londres y Río.

Castro Lazo al menos sabe que su nombre estará en Tokio, pero también piensa por los que aún no consiguen la clasificación y deberán buscarla en esos escasos torneos. “Por ahora a nivel internacional no han tomado decisiones sobre los eventos, así que no tenemos idea de qué hay. Puede haber, pero la mayoría se ha cancelado o pospuesto. Ni siquiera hay nada claro sobre las clasificaciones de los que aún faltan por entrar, todavía faltan cupos por llenar en la gimnasia”.

Recién la deportista se ha reencontrado con los aparatos para poder entrenar, en ese escenario, apenas mira más adelante, a las posibles competencias: “Como nada está claro no podemos decir nada aún, queremos salir a competir, pero no tenemos claro qué eventos va a haber. Por ahora el área panamericana y sudamericana suspendieron todo por este año, a nivel continental no hay nada y a nivel europeo no tenemos permiso para ir, así que es complejo, por ahora, competencias, nada”.

La medallista de oro en Santiago 2014 practicaba en casa, con a gran ventaja de que su coach, Isabel Lazo, es su mamá, pero no tener los implementos necesarios fue frustrante. “Pasé este tiempo más que nada entrenando en casa, más que nada haciendo preparación física, tratando de hacer espacio en la casa para poder darse vuelta, pero en realidad no se puede. La parte técnica tuvo que quedar de lado, porque en la casa es complejo, la gimnasia depende mucho de los aparatos, sobre todo las paralelas asimétricas. Me hice una viga de goma, con eso trabajé un poco, lo más básico para mantener un poco más que nada la parte física”, cuenta.

Ahora que puede ir al Centro de Alto Rendimiento del Estadio Nacional, la deportista asegura que se toma el regreso con calma. “Ya puedo ir al CAR y estoy trabajando desde cero principalmente, tratando de evitar sobrecargas y evitar lesiones, que es lo más importante por ahora”, cierra Castro.