Simone Biles es grandiosa
La estadounidense vuelve a proclamarse campeona, por quinta vez, con el programa más difícil del mundo.
Simone Biles está a un mundo de cualquier gimnasta. De sus rivales, a las que ha sometido a un dominio absoluto desde 2013, e incluso de las leyendas de este deporte, a las que ya ha superado al menos con los números en la mano. La estadounidense logró ayer en Stuttgart su quinto título mundial absoluto, algo que ninguna mujer había logrado. Su 22ª medalla en unos Mundiales, solo superada por una leyenda como Vitaly Scherbo, que solo tiene una más. La 16ª de oro. Lo ha hecho con una versión mejorada de sí misma, más relajada entre ejercicios y tan espectacular como siempre.
La fiesta de la gimnasia ha terminado con Biles en el suelo, su ejercicio más espectacular, el mismo en el que realiza ese triple-doble que la hace única y con el que ha roto la barrera de su deporte. Lo hizo el primer día y lo ha repetido en las dos finales que ha disputado hasta ahora. Aunque menos precisa que en días anteriores -se ha salido del tapiz, tal era el impulso que llevaba-, ya sabía que podía incluso caerse y volvería a ser campeona. Necesitaba poco más de 12 puntos y ha logrado 14,400.
Biles es una gimnasta diferente. Fuerte, muy coordinada y con una técnica precisa que le permite ejecutar ejercicios que otras no pueden soñar. En la final se ha distinguido desde el primer momento. Mientras las otras cinco mejores gimnastas optaban en salto por un Yurtchenko con doble pirueta, ella se decidía por ese Cheng que es seis décimas más valioso y que le permite volar más alto y más lejos. Y marcar distancias.
La campeona olímpica ha ido ampliando su distancia en cada aparato para dejarla al final en algo más de dos puntos. La plata ha sido para la china Tang y el bronce para la rusa Melnikova.
El programa de la explosiva gimnasta de Texas está perfectamente diseñado, sacando todo el partido a sus condiciones físicas y al Código de Puntuación. Pero además mejora cada año. Esta vez decidió asombrar al mundo con dos acrobacias que ninguna mujer había ejecutado nunca: el doble-doble (doble mortal agrupado con doble pirueta) para salir de la barra y el triple-doble (lo mismo pero con un giro más) en el suelo. Biles completó sus cuatro aparatos solo con ligeras imprecisiones.
Cinco veces
A los 22 años, Biles se ha proclamado campeona mundial cinco veces. Podrían haber sido seis si no hubiera renunciado a los Mundiales de 2017 para tomarse un respiro tras los Juegos. Solo le supera el japonés Uchimura (6), ausente de Stuttgart por lesión. Ni Nadia Comaneci, Larisa Latinina, Korbut o Tourischeva lllegaron tan lejos.
"Nunca pienso en mí como una estrella, aunque me cuelguen esa etiqueta", dijo a los periodistas antes de que empezara la competición en Stuttgart; "no presto atención. Lo que intento es cada año ser mejor que el anterior". Este ya lo ha conseguido. El año que viene le esperan los Juegos de Tokio.
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