Sin errores y siempre cerca de las jugadas: Piero Maza pasa la prueba más exigente de su carrera referil

El árbitro chileno, cuya presencia en la Finalissima entre Italia y Argentina sorprendió, responde de la mejor forma posible: acertando en los cobros y pasando virtualmente inadvertido para el desarrollo del juego. Su nivel superó ampliamente el que se le conoce a nivel local.



Cuando Piero Maza fue designado como el encargado de dirigir la Finalissima entre los campeones de Europa y América, Argentina e Italia, en Wembley, muchos se miraron extrañados. Especialmente en Chile. La controvertida carrera del juez entregaba argumentos suficientes como para que sus detractores justificaran sus cuestionamientos. Sin ir más lejos, el árbitro fue uno de los exonerados por Javier Castrilli, en el marco de la profunda reestructuración del referato chileno que pretendía impulsar el Sheriff. El proceso terminó con la salida del exjuez argentino y con Maza como uno de los reintegrados a la plantilla referil nacional.

Pese a la convulsionada situación interna, Maza había seguido siendo respaldado por la Conmebol. De hecho, cuando el conflicto que llevó a los jueces a la paralización estaba en pleno desarrollo, el árbitro estaba en el exterior, dirigiendo un partido de la Copa Libertadores, en el que se medían Always Ready y Corinthians. En ese duelo, como en la mayoría de los que dirigió en el exterior en los últimos meses, fue aprobado. La evaluación más importante fue la de los inspectores que vigilaban su desempeño. Ella, a la larga, es la que explica la presencia del chileno en el decisivo partido disputado en Wembley.

Siempre cerca

Maza respondió a la categórica muestra de confianza con una impecable presentación en la Catedral. Plenamente concentrado desde el inicio del compromiso, en el que lo acompañaron los también nacionales Christian Schiemann y Claudio Ríos, el árbitro chileno volcó en uno de los escenarios más tradicionales del fútbol mundial la evolución que ha mostrado en los últimos meses. Le tocó dirigir un partido que tenía otro ingrediente emotivo adicional: la despedida de la Azurra de Giorgio Chiellini, quien fue al sorteo como capitán, junto con Lionel Messi. Esa imagen será, con seguridad, una de las más destacadas que guardará el juez como recuerdo.

Piero Maza, sus asistentes y los capitanes, Messi y Chiellini.
Piero Maza, sus asistentes y los capitanes, Messi y Chiellini.

Luego se tuvo que despojar de los simbolismos. Desde el comienzo y durante todo el partido, por ejemplo, estuvo siempre muy cerca de las jugadas, lo que le facilitó considerablemente la toma de decisiones. Esa disposición le permitió, por ejemplo, sancionar rápidamente una falta de Jorginho sobre Messi, en su primera intervención destacable. Acertó.

En los 22′, mostró la primera amarilla del encuentro. Y nuevamente tomó la decisión correcta. El central transandino Nicolás Otamendi detuvo el avance del italiano Emerson con una notoria falta. Correspondía la amonestación.

Algunos reclamos

Como en toda actuación referil, Maza también recibió reclamos. Después del gol de Lautaro Martínez, que significó la apertura de la cuenta en el reducto londinense, los italianos lo rodearon para exigirle la sanción de una presunta falta del lateral Nicolás Tagliafico sobre Jorginho. Sin embargo, otra vez con acierto, Maza se mantuvo imperturbable y, ciertamente, ni siquiera vaciló en la ratificación de la conquista.

Los argentinos también rodearon al juez en una ocasión. Fue en los 38′, para pedirle la expulsión de Leonardo Bonucci, por un codazo en una disputa aérea con Messi. La revisión de la falta valida la decisión que adoptó el colegiado chileno.

El cierre del encuentro fue relativamente tranquilo para Maza. Amonestó a italiano Giovanni Di Lorenzo por un foul a Messi, el principal objeto de las infracciones de la Azurra, y desestimó la segunda amonestación por un golpe a Tagliafico

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