Universidad Católica lo intentó, pero no pudo. Era muy complejo revertir el 5-0 de la ida ante Independiente del Valle. En la vuelta fue muy superior a su rival, no obstante la diferencia fue irremontable. El campeón chileno se despidió de la Copa Sudamericana, con lo cual se cerró, recién en mayo, la presencia chilena en las copas internacionales. Un ejemplo de lo débil que es nuestra competencia interna.
La misión era casi utópica para los cruzados, luego de la decepcionante presentación en Quito, y además con la carga de ser el club que mantenga la participación chilena en los torneos de la Conmebol. En la lluviosa noche de San Carlos, la UC lo intentó, pero no alcanzó.
Respecto a la visita al Atahualpa, el cambio de actitud fue notorio. El equipo de Quinteros sí entró con hambre, más allá de las bajas (la de Puch era la más trascendente) y el marcador holgado en contra. Con intensidad en ofensiva y dejando espacios atrás, Católica fue a buscar la hazaña. Ese riesgo implicaba que cualquier contra de los ecuatorianos fuese un peligro.
La misión se hizo más complicada aún con el 0-1 de Franco. Una contra tan veloz como efectiva disminuyó la capacidad épica de los cruzados, porque debían anotar siete tantos para pasar. Eso, además de todo el tiempo que hizo Independiente del Valle desde temprano (lo del arquero Pinos fue grosero).
Futbolísticamente, lo único que se le pudo criticar a la UC fue la falta de precisión o de limpieza cerca del área rival, para anotar más goles. La expulsión de Landázuri le abrió una ventana a los nacionales, que se fueron al descanso 2-1 arriba gracias a los tantos de Cornejo y Riascos. Considerando el planteo austero de la visita, la UC defendía adelante, con sus laterales proyectados, manteniendo la presión.
Más allá de la poca precisión, el enemigo era el tiempo. Los minutos pasaban y no llegaban más goles. A 15' del final, un autogol de Preciado le daba más decoro a una actuación positiva de la UC, pero claramente determinada por el desastre de la ida. Otra contra, finalizada por Dájome, puso el 3-2 y cerró la eliminatoria a favor de los ecuatorianos. Los aplausos de los fieles hinchas que fueron a San Carlos premiaron a un equipo que tuvo la actitud para revertirlo pero que no pudo evitar el golpe de una eliminación que le duele al puntero nacional.
Así, se cierra una semana malísima para el fútbol chileno, con cuatro derrotas e igual número de eliminaciones. Del terror.
Ficha del partido
U. Católica (3): M. Dituro; R. Rebolledo (82', J. Vargas), G. Lanaro, V. Huerta, J. Cornejo; I. Saavedra (46', D. Valencia); J. P. Fuenzalida, D. Buonanotte, L. Aued, C. Pinares; D. Riascos (88', C. Lobos). DT: G. Quinteros.
Ind. del Valle (2): J. Pinos; A. Landázuri, F. León, R. Schunke, L. Segovia; A. Franco, R. Garcés (29', A. Preciado), C. Pellerano; W. Corozo (58', J. Sánchez), A. Cabeza (77', E. Maidana), C. Dájome. DT: M. Ramírez.
Goles: 0-1, 4', Franco, finaliza contragolpe ante el achique de Dituro; 1-1, 25', Cornejo, cabezazo tras tiro libre de Fuenzalida; 2-1, 33', Riascos, tiro débil con nula reacción del meta; 3-1, 74', Autogol de Preciado, tras un tiro de esquina; 3-2, 87', Dájome, derechazo tras contragolpe.
Árbitro: C. Herrera (COL). Amonestó a Aued (UC); Landázuri, Pinos, Cabeza, Pellerano, Preciado (IDV). En los 23' expulsa a Landázuri por doble amarilla.
San Carlos de Apoquindo. 7.328 personas.