En Portugal, el fútbol volvió sin público en las tribunas. Sin embargo, ese no fue un impedimento para que las barras bravas se hicieran notar. Lo sufrió el plantel del Benfica, cuyo bus fue atacado después de la igualdad sin goles frente al Tondela, que les impidió distanciarse del Porto, con el que disputan el título. El 0-0 con el que terminó el duelo desencadenó un brutal apedreo. Dos jugadores resultaron lesionados.
El serbio Andrija Zivkovic y el alemán Julian Weigl sufrieron cortes. Ambos condenaron el ataque, en declaraciones al sitio oficial del club. “Nos gustaría informarles que estamos bien. Desafortunadamente, este comportamiento es injustificable. Sin embargo, continuaremos luchando por el Benfica y daremos todo! ¡Muchas gracias por todos sus deseos de recuperación y por su gran apoyo!”, publicó Zikovic en su cuenta en Instagram.
“¡Tuvimos mucha suerte! Todos cometimos errores, pero hubo una línea que se cruzó. ¿Apedrear un autobús sin importar si alguien está lesionado? ¡Sé que los verdaderos fanáticos del Benfica no son así! ¡Las últimas semanas deberían haber demostrado que la mejor solución es estar juntos, en lugar de literalmente tirarse piedras el uno al otro”, escribió el germano en la misma plataforma.
El amedrentamiento se trasladó después a los domicilios de los futbolistas, en los que se plasmaron amenazas, según consigna el diario Expreso.