Un solitario canto de fidelidad
Nombre: Sebastián Carrera. Edad: 34 años. Disciplina: Fútbol.
Su conmovedora imagen, envuelto en la bandera del club de sus amores, Deportes Puerto Montt, rodeado de butacas vacías y alentando en soledad a su equipo a 1.500 kilómetros de casa, dio, literalmente, la vuelta al mundo. Sucedió el 22 de octubre de 2017, en el estadio Sánchez Rumoroso de Coquimbo, en un encuentro válido por la decimosegunda fecha del torneo de Primera B. El día en que Sebastián Carrera, hasta ese momento un hincha anónimo más del cuadro albiverde, supervisor de una empresa de retail, casado y con dos hijos, dejó de ser solamente un hincha para convertirse en un auténtico ícono de incondicionalidad.
Un hombre nacido en la pequeña localidad de Queilén (Chiloé), fanático del equipo de su tierra de adopción desde los 13 años, que aquella tarde de octubre era el único aficionado de Puerto Montt presente en el recinto. Uno contra los cerca de 4.000 seguidores locales que copaban la tribuna de enfrente.
Una gesta silenciosa en forma de viaje de 3.000 kilómetros de distancia y dos días de duración que le valió un sobrenombre, el hincha solitario, y una nominación a los premios The Best de la FIFA en la categoría de Mejor Afición.
Y aunque fue finalmente la fervorosa hinchada peruana la que terminó llevándose el premio (derrotando también a los aficionados senegaleses y japoneses que dieron una auténtica lección de civismo en Rusia) en la gala celebrada en Londres, Carrera también ganó. Pues a diferencia de aquella tarde en Coquimbo, el hincha solitario no estuvo solo, sino rodeado de los mejores.
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