“Solo hay tres puestos asegurados”: La lucha interna que se vive en Selknam para ganarse un cupo al Mundial

Selknam Rugby
Selknam y un Estadio de La Pintana repleto. (Víctor Montalva)

El entrenador de Cóndores, Pablo Lemoine, reflexiona acerca del trabajo de la franquicia nacional y cómo repercutirá en lo que haga Chile en su primera cita planetaria. Además, da pistas de las claves para poder subirse a la convocatoria final que irá a Francia.



Pablo Lemoine no se pierde un detalle de lo que hace Selknam. Poco importa si es un entrenamiento matutino en medio de la pretemporada o si es el debut de la franquicia en la Súper Rugby Américas (Hoy juegan a las 18:00 el segundo partido). El entrenador uruguayo de Cóndores siempre está presente. Su rol dentro de la Selección y del rugby chileno en general, lo tienen trabajando 24/7 por un proyecto que este año tendrá su primer Mundial de Rugby XV.

Por eso, lo que hagan los jugadores durante los seis meses que representen a Selknam terminará siendo clave para el equipo que viaje a Francia a disputar la cita planetaria en septiembre. Son proyectos unidos, casi hermanados. En donde Lemoine es casi un ser omnipresente. Aunque admite que para 2023 hubo cambios.

Este año especialmente elegimos que yo y el manager general de la Federación quedáramos un poco por fuera, para así cumplir un rol de observadores del programa de Selknam. Si realmente queremos tener un control sobre el programa Selknam, no podemos ser parte de ellos. Tenemos que estar un poco separados. Dentro de Selknam hay todo un equipo trabajando y lo que vamos haciendo nosotros es fijar pautas por jugador. Cada jugador cuenta con una ficha técnica en la que tiene sus déficits y sus virtudes y cómo podemos trabajar en cada una de ellas para potenciarlas, en el caso de las virtudes, e ir subsanando y arreglando lo que esté bajo nuestro control”, cuenta el entrenador nacional desde la sede de la Federación.

Una conversación con El Deportivo en donde entrega muchos detalles del trabajo unido entre franquicia y Selección, destacando incluso que la mayor parte del equipo que estará en Francia, se compondrá por los 45 jugadores que están bajo la conducción de Nicolás Bruzzone en la primera parte del año. De paso también confiesa que hay tres rugbistas con el pasaje al Mundial asegurado, por lo que ya solo quedan 30 cupos por pelearse.

Lo cuenta de forma clara y sin rodeos. “Los jugadores que van al Mundial son el capitán (Martín Sigren) y dos jugadores a los que yo se los trasmití hace mucho tiempo, cuando ellos tenían algunas dudas. Les dije que el rol que ellos cumplían iba mucho más arriba de lo que ellos podían generar dentro de una cancha, pero obviamente no voy a decir quienes son”, lanza Lemoine.

Declaración que de inmediato va acompañada de un mensaje para los 45 rugbistas que componen Selknam: “Todos los demás jugadores tienen que entender que deben cumplir el programa, tienen que ser cada día mejores y seguir siendo un gran mensaje para todos los demás. En este grupo hay jugadores muy jóvenes, con oportunidades de ir a un Mundial, entonces el mensaje que manden los más experimentados es clave. Aquí es donde realmente vamos a lograr que este grupo crezca. Hoy no tiene nadie ganado el lugar, salvo el capitán y esos dos jugadores. Todos los demás tienen un desafío gigantesco por delante y tienen que seguir peleando que es lo que nos caracteriza”, añade.

Pablo Lemoine
Lemoine con la camiseta de Selknam.

Uno pensaría que esos otros dos jugadores podrían ser Matías Dittus y Ramón Ayarza, quienes se encuentran jugando en Francia, pero no. Lemoine aclara que de los tres “europeos” que tiene Chile, solo Sigren es el confirmado en la lista de los 33. “La competencia es muy alta y real. Salvo el capitán, todos los jugadores que vienen de afuera tienen una competencia con los jugadores de acá”, comenta.

Aquello devuelve la conversación en torno a la palabra “programa”. Una que Lemoine ocupa mucho al referirse a los objetivos que tiene Selknam, porque nada es al azar. Por ejemplo, que este año solo haya jugadores chilenos en el equipo, se hizo pensando en aumentar el abanico de posibles seleccionados entrenando a la par. “Lo que creamos fue un entorno de competencia que hace que los jugadores mejoren, porque o si no es muy difícil mejorar. Es muy difícil generar esa competencia interna”, confiesa el entrenador.

Además, las pautas de trabajo personalizadas toman un valor extra bajo esta dinámica. “Hay un equipo que toma a los rugbistas y los va preparando al mismo tiempo que Selknam se prepara para los partidos. Como entre los 45 hay una preselección de 25 aproximadamente, se nos permite tener libre a una gran cantidad de jugadores, los cuales van haciendo estos trabajos con diferentes cargas. Así todos van trabajando sus déficits y juntando energía para ganarse un lugar en el Mundial”, resalta.

Sobre lo qué mas se busca mejorar con estas pautas, Lemoine explica que el enfoque está puesto en lo físico y en lo técnico. Del primero dice que el volumen muscular, la fuerza, la potencia, la agilidad y la velocidad son los cinco factores que más faltan, mientras que del segundo tiene una opinión mucha más extensa y reveladora. “En la parte técnica hay una infinidad de detalles, porque son distintos puestos. A nivel regional por ejemplo los wings pueden recibir parados sin saltar, pero al nivel que estamos yendo hay que recibir saltando y con dos manos arriba para ganar centímetros. Acá estamos acostumbrados a jugar duelos terrestres, no tenemos tanta presión. No es lo mismo un ruck de la Superliga que un ruck del Mundial. Nos pasó mucho en la ventana de noviembre (Rumania, Tonga y Leinster) y fue una sorpresa”, analiza el charrúa.

Finalmente entrega un mensaje clave de lo que espera de la familia del rugby estos meses. “Tenemos que dejar de pensar en el rugby que jugamos habitualmente, regionalmente y tenemos que salir a pensar en el rugby que se nos viene en el Mundial, que nos va a desafiar a todos. Jugadores, staff, a la parte administrativa, la parte comercial. Todos estamos desafiados, porque las necesidades serán mayores”, advierte.

E incluso aclara que el programa es más importante que un balance favorable de victorias o derrotas. “Tenemos que llegar a junio con mejores jugadores en lo físico y en lo táctico. No quiero llegar a junio bien deportivamente, pero en una mala condición física”, admite.

Chile vive un año distinto, un año donde conocerán la élite mundial y en donde comenzará el verdadero viaje, porque Lemoine lo dice siempre. Francia 2023 es solo el comienzo de una nueva realidad.

Sigue en El Deportivo:

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.