“Son dineros que deberían ser de mis hijos”: el sentido testimonio de Jorge Vargas por la estafa que involucra a excompañero en la UC
El exdefensor de la Roja establece con claridad a Marcelo Caro como responsable y desliga a Mauricio Salazar de toda responsabilidad. Mientras se investiga la situación, revela su decepción.
La voz de Jorge Vargas se percibe algo quebrada. A medida de que va estructurando las frases que accedió a brindarle a La Tercera a propósito de la acusación de estafa, que involucra a un excompañero de años en el fútbol profesional, Potencia va perdiendo un poco la intensidad en el relato. Está afectado.
El semblante es plenamente entendible. El perjuicio que acusa bordea los $ 500 millones de pesos. Es decir, más de medio millón de dólares. La cifra es considerable y es una buen porción del patrimonio que amasó en su carrera deportiva, que desarrolló principalmente en Italia. En el país de la bota defendió a la Regina, el Empoli, el Livorno y el Spezia. En Austria estuvo en el Red Bull Salzburgo. En Chile, su carrera había partido en la UC, Huachipato y Coquimbo Unido, a mediados de los noventa. El cierre se produjo en La Serena, en 2012.
El único responsable
Vargas atiende a El Deportivo. Lo primero que hace es desligar de responsabilidad a Mauricio Salazar, quien había sido mencionado como actor en la defraudación. “Escribieron mal y dijeron mal. Acá el único responsable es Marcelo Caro. Mauricio Salazar está detrás de recuperar un poco lo que se perdió y de saber si se puede llegar a algo concreto”, especifica.
Luego, a la espera de las recomendaciones que reciba de parte de los asesores legales que consultó para intentar recuperar parte del patrimonio severamente comprometido, revela una sensación desde el punto de vista personal, considerando la relación que le unía a Caro como excompañero de equipo. “Me genera desconfianza, tristeza, porque nunca te lo puedes imaginar. Aparte, son dineros que deberían ser de mis hijos. Eso me molesta. Que los podrían aprovechar mis hijos en vez de haberlos perdido así”, reconoce.
Después, se excusa de no profundizar. Prefiere la cautela ante el escenario judicial que, irremediablemente, se abrirá.
La presunta estafa
El delito del que Vargas se considera víctima está relacionado con la inversión en una franquicia de Energy Club, una cadena de gimnasios que tiene presencia en todo el país, en el que cuenta con 33 sedes, 10 de ellos bajo la modalidad de la concesión, y más de 65 mil inscritos. Acredita más de 25 años de experiencia en el rubro.
El negocio no arrojó los frutos que se proyectaban inicialmente. Concretamente, se detectaron inconsistencias en la información que se plasmaba en los registros contables. Esa situación motivó el inicio de las respectivas acciones, en un proceso que recién comienza.
La disputa, ciertamente, es antigua. Se remonta a una relación comercial que partió en 2016. En 2021, El Deportivo publicó que la sociedad entre Vargas y Caro se había disuelto. “Marcelo Osvaldo Caro Cubillos, quien ya no detenta la representación legal de la sociedad ‘S&C Acondicionamiento Físico y Actividad Física Limitada’ y, en consecuencia, queda únicamente obligado por el contrato antedicho, don Mauricio Javier Salazar Durán, quien asume como nuevo y único deudor”, según se lee en el inciso Uno del documento notarial.
El Dos establecía: “El Acreedor Jorge Francisco Vargas Palacios, declara que libera expresamente al primitivo deudor don Marcelo Osvaldo Caro Cubillos, de todos los derechos y obligaciones originados en el contrato de compraventa ya individualizado, sin cargo ni reparo alguno”.
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