La imagen dio vueltas al mundo y alimentó un debate que, en Argentina, alcanzó un alto nivel de intensidad. En el cuadro se ve a Claudio Tapia, el presidente de la AFA. Detrás suyo, a una persona de la que no se conocía la identidad, con un paño en la mano, con el que le quitaba el sudor de la cabeza al timonel del fútbol transandino para evitar que le llegara a la camisa, que debía llegar intacta a un acto protocolar con Alejandro Domínguez, el mandamás de la Conmebol.
El acto en sí es una expresión de servilismo inexplicable en cualquier tiempo, aunque los protagonistas intentaron bajarle el perfil y bromearon con la situación. La excesiva sudoración fue atribuida a un estado febril de Chiqui. “Estos días estuve con mucha fiebre y malestar debido a las altas temperaturas. No me podía ni mover y no me quería perder el partido. Por eso, Luciano Nakis estuvo ahí para acompañarme”, escribió el timonel en su cuenta en Instagram.
Aspiraciones mayores
Del protagonista se vino a saber algunas horas después. Se trata de Luciano Nakis, el presidente de Deportivo Armenio, quien está a cargo de las selecciones nacionales argentinas. Esa ocupación explica su presencia en Estados Unidos. En el predio que la Albiceleste ocupa en Ezeiza todo pasa por su control. También ejerce como prosecretario en la AFA.
Luciano Nakis es hijo de Noray Nakis, un cercano a Julio Grondona y quien ocupó la vicepresidencia de Independiente. Su aspiración es superar al padre en la carrera dirigencial, para lo que apunta al gran salto: de su actual rol de timonel de Deportivo Armenio, que compite en la Primera B Metropolitana, la tercera categoría en el ordenamiento de ligas del país transandino, pretende pasar a la testera de los Diablos Rojos. Un salto de proporciones.
Por el momento, Nakis se codea con el alto nivel. Su cargo no solo le permite estar cerca de Tapia, sino también del plantel que tiene como principal figura a Lionel Messi. A los 46 años, procura abrirse camino en una carrera que suele resultar rentable. Antes, trabajó en la joyería familiar en la céntrica calle bonaerense Libertad, de cuyos talleres salió el mítico anillo que ocupaba Grondona con la frase ‘Todo pasa’. Su padre no solo acuñó materiales preciosos que luego moldeó. También se le adjudica una frase célebre: “Si yo me pongo a vender sandías en una esquina puedo asegurar que voy a ser el mejor vendedor, porque me encanta lo que hago”.
Alta autoestima
Aunque el acto en favor de Tapia lo pone en duda, Nakis tiene una alta autoestima. “Soy Luciano Nakis, tengo 46 años y soy empresario en distintos rubros pero principalmente soy un dirigente de raza”, expone en su perfil en Linkedin. Luego, procura enaltecer el rol. “Considero que ser dirigente deportivo en Argentina es ejercer un rol vocacional, de constante superación para la conducción de un club que es mucho más grande que el fútbol. Los dirigentes contenemos, educamos y estamos detrás de la vida de muchísimas familias que crecen y se desarrollan en nuestros clubes y en la comunidad de la cual formamos parte”, describe.
“En mi carrera dirigencial también he ocupado lugares en la Asociación del Fútbol Argentino como asambleísta de la categoría Primera B, cómo integrante del Comité Ejecutivo y desde el año 2021 como Prosecretario. Dentro de la AFA también me desempeño en el área de Selecciones Nacionales”, detalla.
La siguiente señal apunta a su rol extradeportivo. “También soy empresario. Empecé trabajando de muy chico en la joyería familiar en la cual aprendí todo de mis padres: el oficio, la comercialización, la atención al cliente, el trato con el personal y la capacidad de formar equipos de trabajo”, sostiene.
Finalmente, da cuenta de la evolución de esa veta. “En el sector privado también soy inversor en desarrollo de galerías comerciales. En diciembre de 2022 abrimos Del Parque Sustentoutlet, un shopping con un atractivo comercial en una zona importante de la ciudad de Buenos Aires. En ese mismo momento también desarrollamos Rockwell Burgas, la primera cadena de hamburguesas de expendio propio”, resalta.