Stöhwing vs. Mosa: la guerra interna que sacude a Blanco y Negro por tomar el control de Colo Colo en el centenario
La paz en los albos terminó. El efecto del título en el Campeonato Nacional duró poco. La rebelión del plantel por diferencias en los pagos le sirvió al extimonel para atacar al actual. El escenario es similar al que devolvió a la testera al portomontino.
La paz en Colo Colo terminó. Duró poco. Apenas, el efecto que produjo la consecución del título en el Campeonato Nacional, en una disputa apasionante en lo deportivo, que tuvo capítulos adicionales incluso más intensos en el Tribunal de Disciplina. Los albos se aprestan para una de las celebraciones más importantes de su historia. El 19 de abril se cumplirá el centenario institucional. Al anuncio del calendario de actividades relacionadas con la efeméride no asistieron los integrantes del primer equipo: el plantel que capitanea Esteban Pavez, aunque afirmó que no había sido invitado, se rebeló por la diferencia en el cálculo de los premios. El desencuentro provocó otro efecto adicional: la suspensión de la pretemporada y nuevas vacaciones, hasta después de los festejos de fin de año.
Alfredo Stöhwing, el expresidente de Blanco y Negro, aprovechó la coyuntura y sacó la voz. Lo hizo para arremeter contra Aníbal Mosa, el actual timonel de la concesionaria. El ruido de sables es notorio y le podría dar al histórico mes de abril un cariz diametralmente opuesto al que sugiere el programa que se presentó el viernes, sin su presencia. En esa fecha se suele producir la Junta de Accionistas, la reunión más decisiva de la firma. Y, habitualmente, los movimientos en la mesa que administra al Cacique.
¿Pago con la misma moneda?
En una entrevista con El Deportivo, Stöhwing sacó la voz para acusar a Mosa de varios pecados en las materias más contingentes relacionadas con el club popular. “Yo creo que el directorio ha administrado razonablemente lo que se ha organizado, el club está mucho mejor organizado que antes; hay una administración, un plantel, un cuerpo técnico, un cuerpo técnico en el femenino... Pero Aníbal solo juega para Mosa Fútbol Club en el sentido de que hace todo personalmente y se están sufriendo las consecuencias ahora con ese personalismo. Yo creo en un trabajo más profesional, en una estructura administrativa potente y en que el directorio está para supervigilar eso, para fijar políticas, pero no para estar involucrado directamente en una serie de cosas que cada vez son más complejas en el fútbol y donde se requiere más profesionalismo”, disparó, por ejemplo, en relación a la gestión del sureño.
“Me sorprende mucho este problema, porque creo que todo se dejó bastante bien aclarado. Yo creo que en general los jugadores de Colo Colo son bastante serios y no los veo mintiendo sobre algo. Entonces, pienso que debe haber situaciones que desconozco y me parece muy grave lo que ha ocurrido en un periodo tan importante como este: que ya no se hayan presentado a los temas con Adidas, al lanzamiento de la foto oficial del año, que no hayan estado presentes en una celebración de inicios del centenario, que estén con días adicionales de vacaciones que no estaban programados. Una serie de cosas que, si bien se les baja el perfil, empiezan a acumularse y pueden convertirse en una semilla para futuros problemas”, complementó respecto del lío por los premios.
Escenario conocido
Al colocolino mediamente bien informado, los dardos ni la oportunidad le resultan desconocidos. De hecho, hay que retroceder 11 meses para encontrarse con el primer atisbo de un terremoto que terminaría produciéndose en el siempre determinante mes de abril. Esa vez, fue Mosa el que activó el dispositivo.
En medio de otra jornada feliz, la presentación de la nueva camiseta del equipo, con Arturo Vidal como uno de los ‘modelos’, el portomontino detonó un explosivo. “Nosotros lo que queremos es reforzar un equipo y lo que se está haciendo es despotenciarlo. Damián es una pieza muy importante, tiene mucho por donde crecer. Así que yo todavía sigo creyendo que fue un error la venta de Damián. Aparte que lo pagan en chirlitos. Lo regalamos”, disparó. “Nos compraron y nos hicieron un plan de pago como quien compra un refrigerador en una multitienda, no sé en cuántas cuotas. Se queda hasta junio, pero no estoy de acuerdo con la venta dadas las condiciones, el valor y el crecimiento en el que está Damián. Está recién debutando, va a ser su segunda temporada en Primera División. Ha hecho siete goles. ¿Qué pasa si hace 15? ¿Qué pasa si hace 20? Se vendió antes del Preolímpico. Muy mala decisión. Creo que lo regalamos”, ametralló
Mosa, como ahora Stöhwing, también se quejó por la tardanza en la llegada de refuerzos. “En diez días más tenemos la Supercopa y el día 18 debutamos contra Unión Española. Todo este atraso es un regalo para los otros equipos y es un desmedro para el nuestro”, decía.
Una queja calcada y una jugada ‘maestra’
Stöhwing acusa a Mosa de exactamente lo mismo que el portomontino y su entorno le cargaban al ingeniero comercial. A mediados de abril, el entonces mandamás remeció el ambiente con el anuncio de un proyecto para la materialización del proyecto más anhelado por el Cacique: la remodelación del estadio Monumental. Sin embargo, esas declaraciones se transformaron en un boomerang: en el mosismo acusaron que el directorio no había sido informado del desarrollo del ambicioso plan. Para colmo, se abrió otro flanco: la posibilidad de que el plan involucrara un aumento en el plazo de la concesión. . “No. O sea, hay que verlo. Hay que conversarlo con el Club Social y Deportivo. Depende de la cantidad de años. Probablemente, pero no creo que se opongan a una cosa que es de beneficio para la institución y que, al final, va a quedar para el club social y deportivo”, dijo Stöhwing a El Deportivo. El Club Social y Deportivo, por cierto, ha manifestado históricamente que no está dispuesto a ampliar ese plazo.
La corporación es, por cierto, un actor clave, pues tiene dos votos en la mesa, claves para desnivelar los comicios o, en este caso, para adelantar los del período en curso. “Ese es un buen punto. No hemos pensado en nada, tratamos de aportar lo mejor posible para que le vaya bien a Colo Colo para tener un gran centenario, pero sí encuentro muy delicado lo que le ha pasado al Club Social. Hay una especie de anarquía y es una lástima, porque el involucramiento de ellos debería ser especialmente importante. Me hubiera gustado que hubiesen tenido más participación”, sostiene Stöhwing, respecto de un escenario plenamente posible
El recuerdo es instantáneo. A fines de marzo, el bloque encabezado por Mosa realizó lo que definió como una ‘jugada maestra’: Eduardo Loyola renunció al directorio, lo que obligaba a realizar nuevas elecciones. “Mi compromiso con Aníbal era por un año. Se cumplió el plazo y yo di un paso al costado”, detalló. Eso sí, dejó una puerta abierta: “Siempre estaré disponible para ayudar a una mejor gobernanza de Colo Colo”.
El 26 de abril, después de tres años fuera del cargo, y gracias al decisivo apoyo del Club Social y Deportivo, Mosa se reinstalaba en la testera del equipo popular. Ahora, Stöhwing puede pagarle con la misma moneda.
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