El veterano equipo de Serbia salió a matar. Un triunfo para Kolarov y compañía y se echaban el liderato al bolsillo. Seis puntos para esperar con la clasificación asegurada a un Brasil que no encanta ni mete medio. Pero Suiza arruinó todo.
Por eso no extraña que ya a los 5' Mitrovic hubiese puesto a su equipo arriba en el marcador. Un cabezazo espléndido del delantero, a pase de Tadic, premiaba la presión ejercida por los balcánicos desde el pitazo inicial.
El mediocampo de Suiza no existía. Cualquier pelota en posesión la perdían a los pocos momentos. Xhaka y Behrami no podían con el poderío conseguido por Matic y Milivojevic; menos con las subidas de los experimentados Kolarov e Ivanovic.
El 2-0 era inminente. Los remates del mediocampista del Manchester United, combinados con los desbordes de los laterales, sitiaban a los suizos. No obstante, la ventaja nunca llegó y pasados los 30', los helvéticos empezaron a ganar terreno. Shaqiri tomó las riendas del juego y Xhaka apareció. Serbia, incómodo, cedió terreno, terminando ambos equipos bastante parejos en el juego.
En el complemento las cosas se revirtieron. Quizás fue el cansancio o simplemente mérito de los suizos, lo cierto es que la balanza se inclinó para el equipo dirigido por Vladimir Petkovic. Y tal hecho pronto se trasladó al marcador. Xhaka, con un golazo de media distancia, igualó el partido a los 52'.
De allí fue todo para Suiza. Shaqiri manejó como quiso el balón. Cada jugada de peligro pasaba por sus pies y cada ataque lo finalizaba —no de muy buena manera— Seferovic.
De manera inexplicable, el árbitro ni el VAR señalaron un penal claro a Mitrovic cuando éste intentaba cabecear a los 62'. El ariete quedó molesto y luego fue amonestado.
Los serbios, viéndose superados en el segundo tiempo retrasaron las líneas y apostaron al contragolpe. Los once jugadores se establecieron en su área y el arquero contrario recorría su propia mitad sin apuro. Y así llegó el 2-1. A los 90', cuando Serbia se conformaba con el empate. Shaqiri recibió en su propio campo y corrió como si en ello se le fuera la vida. Superó al defensa y ante la salida del portero definió con el borde externo. Gol y el liderato que tanto buscó Serbia, y que tan mezquinamente defendió, se lo queda Suiza.