Existe un día en el calendario en el cual Estados Unidos se detiene. Un domingo de febrero, el segundo desde hace dos temporadas, que acoge el Super Bowl, el evento deportivo más importante del gigante norteamericano que corona la final de la temporada de fútbol americano de la NFL. En esta versión, la LVII, el campeón de la Conferencia Nacional Philadelphia Eagles enfrentará a Kansas City Chiefs, monarca de la Americana, en Glendale, Arizona.
Pero más allá de los análisis meramente deportivos, el Super Tazón envuelve un cúmulo de elementos propios de la cultura de un país. Una instancia en la que el show se funde con la publicidad, las marcas, los millones y toda la pompa que rodea al espectáculo más visto en la historia de un país que ha crecido con el televisor encendido.
Un lugar en el mundo
Una fecha sagrada para los estadounidenses, pero aún acotada para el resto del planeta. Si bien la NFL ha logrado expandirse para organizar partidos en países como Reino Unido, México y últimamente Alemania; lo cierto es que sus audiencias de TV y el interés aún están lejos de otras actividades como la Copa del Mundo o los Juegos Olímpicos.
En la edición de 2022, cuando el equipo de Los Angeles Rams derrotó a Cincinnati Bengals en el estadio más caro de la historia, el encuentro fue seguido por más de 120 millones de personas solo en Estados Unidos, según estadísticas provistas por la cadena NBC. Asimismo, más de 80 millones de telespectadores sintonizaron el duelo en el resto del mundo. El mismo que se vio en más de 180 países, en 30 idiomas diferentes, y en lugares tan exóticos para la cultura de la nación como Bielorrusia, Rusia o Yemen.
Mucho menos que la final de Qatar 2022, duelo que según datos aportados por la FIFA fue visto en directo por más de 1.500 millones de personas. Una situación parecida a la de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, que fueron vistos por 3.050 millones de espectadores a través de la televisión y aplicaciones digitales, de acuerdo con lo informado por el Comité Olímpico Internacional.
Cifras estratosféricas
Pero el tópico que más se repite cuando se habla del Super Bowl está ligado a los millones de dólares que envuelven la organización del evento. De hecho, la NFL tiene el contrato de TV más abultado del planeta, que le reporta 10.000 millones de dólares anuales pagados de manera conjunta por las cadenas NBC, CBS, FOX y ESPN; además de algunas plataformas de streaming.
Para poner en contexto el valor de los derechos, el futbol americano es la liga que más dinero recibe por ese concepto en la historia. Un acuerdo que expirará en 2033 y que solo es en parte comparable con los ingresos de la Premier League de Inglaterra, la misma que recibirá 4.100 millones de dólares por temporada hasta el 30 de junio de 2025.
Y es que el duelo final de la NFL atrae las audiencias, pero también a las marcas. Como ya es tradicional, las cadenas de televisión rompen año a año su propio récord en la cantidad de dinero requerida para las campañas publicitarias. Esta temporada, el precio por los 30 segundos quedó fijado en 7 millones de dólares, 500 mil más que en la versión de 2022. No resulta excesivo para un evento que históricamente ha sido el más visto en los televisores norteamericanos. Es más, 30 de los 32 programas más seguidos en la larga bitácora de la TV del país son ediciones del Super Bowl.
Rihanna al mediotiempo
Y si el partido atrae miradas, el tradicional show de mediotiempo consolida el espectáculo que representa este importante evento. La figura elegida para este año es la cantante norteamericana Rihanna, quien regresa a los escenarios después de seis años. Según la revista Forbes, la artista no cobrará un peso por actuar, todo por un tema de principios. En 2019, rechazó la oferta en apoyo a la campaña realizada por el mariscal de campo Colin Kaepernick, quien fue expulsado de la NFL por arrodillarse en protesta por el racismo sistémico y la brutalidad policial.
Otra de las novedades será el auspiciador del espacio. Pepsi lo organizó por una década, hasta 2022. Esta vez será Apple la encargada de producir el concierto, previo pago de 50 millones de dólares por año en un contrato que se extiende hasta 2027.
Eagles, favoritos
En lo netamente deportivo, las casas de apuestas pone al cuadro de Filadelfia con una leve ventaja sobre su rival. Según los sitios especializados, el triunfo del cuadro de Pensilvania paga 1.80 por cada dólar apostado, mientras que Kansas City premia con 2.05 veces. Más parejo no puede ser. En la temporada regular, ambas instituciones solo tuvieron tres derrotas y terminaron primeros en sus respectivas conferencias para ganar dos en los playoffs y así instalarse en la final de Arizona.
Eagles logró su único título de Super Bowl en 2018, cuando se impuso a New England Patriots. Chiefs, que ha llegado a tres de las últimas cuatro finales, levantó el trofeo Vince Lombardi un año más tarde, cuando se impuso al cuadro de San Francisco, el segundo título de la franquicia en la era del Super Bowl.
La presencia del mariscal de campo Patrick Mahomes es una de las grandes ventajas de Kansas City. Considerado como uno de los jugadores más talentosos de la liga, el tejano de 27 años va por el segundo anillo en su sexta temporada en la NFL. Al otro lado, el mariscal de campo Jalen Hurts y la defensiva son las principales armas de los favoritos.