En los penales, con el corazón en la mano. La Supercopa 2021 tuvo una definición de infarto, para recordar. Y para festejar con todo, porque Universidad Católica se alzó con un título importante e histórico, su cuarto trofeo de campeones, el tercero consecutivo, primero para Paulucci como entrenador y el 27° de su historia en el fútbol criollo, lo que le permite pasar por uno a un clásico rival, Universidad de Chile.
Una final apretada, muy disputada en la mitad de la cancha. Así se jugó el primer tiempo, con dos equipos que intentaron ser protagonistas, pero que se diluyeron en la refriega. La UC igual estuvo más cerca, solo porque en su ataque cuenta con Fernando Zampedri, que aprovecha cualquier pelota para generar peligro. Tres centros y tres cabezazos del argentino se convirtieron en las más peligrosas antes del descanso, aunque nada para destacar de verdad.
Mientras los de la franja cargaban su ataque por la izquierda (bien la dupla Parot-Montes), Ñublense dependía mucho de la conducción de Mateos y la habilidad de Moya por la banda zurda de la ofensiva. Los espacios, sin embargo, se hicieron cada vez más escasos. Los hinchas que llegaron al Ester Roa de Concepción posiblemente se aburrieron por la falta de emoción en las áreas. El empate sin goles era el único resultado posible después de los 45 minutos iniciales.
El partido se abrió un poco más en la segunda mitad. Los Diablos Rojos pasaron por un buen pasaje, que obligó a Paulucci a mover las piezas. Llamó a su principal figura, Marcelino Núñez, quien partió en el banco por su reciente paso por la selección chilena. Como si estuviese programado, el ingreso del volante, instalado por la derecha, coincidió con el dominio estudiantil. Nada estaba dicho, en todo caso, porque Ñublense asustaba con los espacios que dejaba Católica en retaguardia. Nico Guerra se transformó en el receptor de las salidas rápidas de sus equipo.
En esos espacios, de hecho, llegó la alegría para los miles de rojos que arribaron al recinto penquista. Mateos la inició y el mismo Mateos la concluyó con un derechazo: 69 minutos, 1-0. Sorpresa total, porque el tricampeón del fútbol criollo no encontraba la llave para complicar a su rival.
Una jugada fortuita, sin embargo, llegó en auxilio de la UC. El centro de zurda de Leiva y la mano mal ubicada de Caroca. El árbitro Gilabert no lo vio, pero el VAR sí. Penal. Zampedri no perdonó. Final empatada y últimos 10 minutos picantes, marcados por la expulsión de Juan Leiva por doble amarilla y con pocas opciones para desnivelar. La Supercopa inevitablemente se tenía que definir en lanzamientos penales.
Y la incertidumbre se mantuvo con los dos primeros remates, porque Mateos y Buonanotte fallaron. Luego vino una racha larga de aciertos por cada lado, hasta que llegó el turno de José Navarrete en el 6-6. Y ahí, el diestro falló. O Sebastián Pérez atajó, para dejar servido el papel de héroe a Diego_Valencia, quien no tembló. 7-6, título para los cruzados, que ya pueden ser que han dado más vueltas olímpicas que la U en el fútbol chileno.
FICHA DEL PARTIDO
U. Católica 1 (7): Pérez; Asta-Buruaga, Lanaro, Huerta, Parot; Saavedra; Leiva, Aued; Valencia, Zampedri, Montes. DT: C. Paulucci.
Ñublense 1 (6): Pérez; Cerezo, Caroca, Vargas, Campusano; Mateos; Cordero, Rivera, Moya; Guerra, Quinteros. DT: J. García.
Goles: 0-1, 69′, Mateos anota tras un remate que no puede puede despejar Aued; 1-1, 78′, Zampedri marca de penal tras mano de Caroca en el área avisada por el VAR.
Árbitro: Francisco Gilabert. Amonestó Valencia, Leiva, Zampedri (UC); Quinteros, Campusano, Vargas (Ñ).
Estadio Ester Roa de Concepción. Asistieron 10 mil personas, aprox.
DEFINICIÓN A PENALES
UC (7): Buonanotte (x), Núñez, Parot, Saavedra, Zampedri, Asta-Buruaga, Huerta, Valencia.
Ñublense (6): Mateos (x), Rivera, Abrigo, Guerra, Vargas, Pérez, Cerezo, Navarrete (x).