Se dice que un día normal en Melbourne se da cuando se viven todas las estaciones en él. Y el cielo durante la cuarta jornada del Abierto de Australia mostró todas las caras posibles e incluso -y aquí sí que no se puede clasificar como normal-, la del desastre. Una tormenta de polvo combinada con precipitaciones dejó las canchas sucias e imposibilitadas para ser usadas antes de la limpieza. Así se fueron atrasando los partidos de las canchas exteriores de Melbourne Park, entre ellas, el desafío del chileno Alejandro Tabilo (208° ATP) en la segunda ronda ante el estadounidense John Isner (19°). "Me da lo mismo esperar, da igual si llego a jugar de noche. Solo estoy concentrado en meterle a full y entrar con todo", decía en la previa de su encuentro cuando no había certeza del horario del compromiso más importante de su corta carrera, y ante el rival de más alto prestigio que alguna vez haya enfrentado.
Con las canchas oficiales ya limpias después del fenómeno climático -más temprano Tabilo entrenó en una que aún tenía bastante polvo- y el sol pegando, fue el momento en que el chileno fue a pararse frente al servicio de Isner. En Australia, lo más parecido a un pelotón de fusilamiento.
El de Carolina del Norte no le dio ninguna chance. No solo por sus 32 aces. 65% de los saques del estadounidense fueron gratis. Ni una sola opción de quiebre en cualquiera de los tres sets otorgó. Y eso que Tabilo lo buscó, con la actitud que hay que poner cuando se juega un grand slam. Quizás con la energía que le transmitió Nicolás Massú durante su días de ensueño en Australia. El Vampiro llegó corriendo al court 22 cuando el partido ya había comenzado hace rato, apenas terminó el duelo que su pupilo Dominic Thiem debió cerrar en el máximo de sets.
Lo batalló Tabilo en un partido que se dio rápido, con pocos peloteos y de mucho ir para adelante. Sirvió bien, le corrieron los golpes al fondo de la cancha y fue certero con los drop shots que casi siempre le dieron el punto ante las dificultades del norteamericano para echar a andar sus 208 centímetros de estatura. Pero la inexperiencia ante sacadores de la talla de Isner, lo superó, y la intensidad de su juego no la pudo mantener siempre, lo que le abrió ventanas al ex top ten. "Sabía que iba a sacar así de bien, pero mi error fue darle muchas chances en mis juegos de servicio. Cada vez después de que me quebró, sentía cómo él sacaba aún más suelto y era más complejo todavía leerle el saque. Ese fue mi gran falencia", declaró después de su derrota.
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Isner (derecha) se despide de Tabilo tras el partido. Foto: AP.[/caption]
Con el público a favor tal como anticipó su rival (aparte de los ceacheís que nunca faltan, fueron los hinchas australianos que entonaron distintos himnos gritando el nombre del tenista chileno), Tabilo cayó por 6-4, 6-3 y 6-3 en poco menos de una hora y media. Tiempo que de igual forma disfrutó y le sirvió para medirse al nivel que debe aspirar. "Quedé muy motivado, porque con este paso por Australia me di cuenta cuánto me falta y todo lo que tengo que mejorar. El match contra Isner me mostró el nivel que tengo que alcanzar para hacerle pelea a estos jugadores. Me voy de Melbourne más fuerte, con la película clara y los desafíos ahí puestos en la mesa", dijo Tabilo. Sensaciones positivas tras su primer major.
El zurdo viaja mañana a Los Ángeles para disputar a partir del lunes el Challenger de Newport Beach. Un "súper Challenger", ya que entrega 125 puntos al ganador (torneos así siempre se juegan paralelo a la segunda semana de los grand slams). Posteriormente viajará a Dallas, y después se enfocará en la gira latinoamericana sobre arcilla.
Guarachi sonrió tras su debut
En el cuadro de dobles femenino, en tanto, la chilena Alexa Guarachi (54ª) celebró. Haciendo dupla con la norteamericana Kaitlyn Christian (51ª) superaron por un contundente 6-1 y 6-2 al binomio compuesto por la rusa Ekaterina Alexandrova (94ª) y la rumana Irina Bara (86ª).