Se jugó en diciembre de 2018, pero aún no termina. River Plate y Boca Juniors todavía no cierran el capítulo de la Copa Libertadores del año pasado. Y aunque los Millonarios ya dejaron atrás los festejos, sus pares xeneizes no se dan por vencidos y, por secretaría, insisten en que deben ser ellos quienes se queden con el título continental.
Este martes, de hecho, se dio inicio a la audiencia del TAS respecto del tema, luego de que el club Azul y Oro llevara hasta esa instancia sus reclamos a raíz de la agresión que sufrió su plantel en la previa de la que debía ser la revancha de la definición, en el estadio Monumental de Buenos Aires.
La postura de los denunciantes es que deben ser declarados como campeones y además recibir una indemnización por los perjuicios sufridos, informa el diario argentino Olé. La directiva del equipo del barrio de la Boca culpa a su archirrival por los incidentes ocurridos en su llegada al estadio aquel recordado día y ponen como antecedente el episodio del gas pimienta de 2015.
En River, en tanto, aseguran que no tienen responsabilidad en los hechos ocurridos y afirman que las culpas por ese tema deben caer sobre los encargados del operativo de seguridad en el traslado del bus, una cuestión que se asume como cumplida, después de la renuncia, a raíz de estos hechos, del ministro de Seguridad de Buenos Aries, Martín Ocampo.
El litigio se realiza en Madrid, en la sede de La Liga española (la sede central del tribunal está en Suiza), y hasta el lugar llegaron Daniel Angelici y Rodolfo D'Onofrio, presidentes de Boca y River, respectivamente. Ellos, sin embargo, no tendrán derecho a hablar durante el juicio ya que todo está en manos de los correspondientes equipos judiciales de cada institución.
Los plazos para la entrega de una resolución son variables. Dependiendo de la contundencia del fallo y de las pruebas expuestas, el tribunal podría tardar desde una semana a tres meses en dar a conocer su veredicto.