Ricardo Gareca llegó al Estadio Nacional y se encontró con Dorival Junior. Los entrenadores, cuestionados en los países donde dirigen, sostuvieron un extenso diálogo de camino a los vestuarios del recinto de Ñuñoa. Fue una de las imágenes que marcó una jornada que generó ilusión en los hinchas, pero que terminó con una decepción agónica. Luiz Henrique logró silenciar a un reducto que, a diferencia de otras jornadas, animó con fuerza a la Selección durante grandes pasajes del partido. La Roja se estanca en las cinco unidades y sigue siendo penúltima.

La gente llegó en masa al principal recinto deportivo del país. Fue una jornada diferente a la de la derrota ante Bolivia. Pero que terminó con el mismo resultado. No se respiraba el optimismo en los forofos, pero la ANFP intentó animarlos con un show en la previa. “Te pusiste nerviosa, Brasil”, se escuchaba en los altoparlantes. Una frase que hacía referencia a la popular declaración de Carlos Palacios. El volante ofensivo de Colo Colo fue uno de los más ovacionados en su ingreso.

En la antesala, el estadio se fue llenando poco a poco. Finalmente, se llegó a las 40 mil personas que había anticipado la organización del partido. El reducto de Ñuñoa volvió a teñirse de rojo, en una imagen que no se lograba apreciar desde hacía tiempo.

La Roja perdió sobre la hora en Santiago. Foto: REUTERS/Ivan Alvarado

Entre los presentes más ilustres figuraba Iván Zamorano, quien llegó a Santiago a ver el partido luego de mucho tiempo sin que se le viera en algún partido de la selección nacional. El otrora artillero del Real Madrid retornó al país, pues actualmente se encuentra viviendo en España. Ahí, en otro de sus tantos hogares, se desempeña como comentarista deportivo en Movistar LaLiga TV. Por otro lado, aprovechó su paso por Chile para grabar algunos spots publicitarios y para presenciar el duelo de la Roja.

Las divisiones que genera Gareca

Ricardo Gareca tuvo una jornada caliente. Se le vio inquieto y, por momentos, molesto. Ni siquiera el tanto de Eduardo Vargas, su gran apuesta, provocó algún cambio en su actitud. Se mantuvo mesurado, en una celebración más personal y simbólica producto de las críticas tanto con él como con el atacante.

Con el pasar de los minutos, la preocupación fue desbordando su postura. Las reuniones con su cuerpo técnico fueron una constante. Los descargos contra el juez principal y el cuarto árbitro también. Los retos para con algunos de sus dirigidos, más de lo mismo.

Por otro lado, su imagen continúa sin generar consenso. En su llegada a la banca saludó al público, donde hay divisiones claras. Mientras algunos lo insultaron, otros lo aplaudieron tibiamente. Más de lo mismo en su despedida.

El nuevo capitán

Tal como había anticipado El Deportivo, el capitán de la Roja fue Guillermo Maripán. Pese a la derrota, es indudablemente una de las jornadas más especiales de su carrera. A sus 30 años, el zaguero portó por primera vez el distintivo. El zaguero del Torino se hizo valer desde el inicio. Después de entonar el himno, tomó la palabra.

El defensor fue uno de los puntos más altos en la Selección. Bien en los tiempos, en las coberturas y con la pelota en los pies. Tomó protagonismo en los cruces y en los reclamos, en su rol como nuevo líder. También fue el encargado de repartir instrucciones. Fue la voz de Gareca en el terreno.

Y si bien no estuvo exento de errores, como en los pelotazos largos y principalmente en el cabezazo de Igor Jesus, donde perdió la marca, el defensor fue ampliamente aplaudido. Su rendimiento provocó una ovación general.