Tras viajar a capacitarse a Europa y conversar con los mejores entrenadores del mundo, muchos depositaban en Nicolás Córdova las esperanzas de por fin tener un entrenador chileno con un nivel que le permitiera hacerse cargo de la selección chilena más adelante.
Sus comienzos avalaban esas ilusiones. En Palestino no sólo logró meterse en la Copa Sudamericana, sino también llegar a cuartos de final de la competencia, eliminando, incluso, a Flamengo con un triunfo épico en Brasil. Finalmente, San Lorenzo de Almagro terminaría con la digna actuación árabe.
Desde ahí, sin embargo, en vez de catapultarse, Córdova se fue en picada. Los resultados en La Cisterna ya no fueron los mismos. A tal punto que estaban al borde del descenso cuando el Nico fue destituido (llevaba un punto en siete encuentros disputados del Clausura 2017).
Después de un tiempo sin club, el exfutbolista llegó a Santiago Wanderers. Curiosamente, a competir por salvarse del descenso con su club anterior. Y perdió. Terminó disputando la liguilla de promoción y cediendo en penales frente a Unión La Calera, de local. Salvo el título de Copa Chile (donde pasó dos de cuatro eliminatorias antes de la final por penales), el nobel estratega no tuvo buenos resultados y hoy dejó el cargo con sus dirigidos en el antepenúltimo lugar, cuando el objetivo es volver a la división de honor.
Córdova deja en el puerto nueve triunfos en 36 encuentros, un 39% de rendimiento y sin ganar en casa desde septiembre del año pasado.