¿Cómo explicarle a un hincha de Deportes Temuco que su equipo fue inmensamente superior al gigante San Lorenzo pero igualmente queda eliminado de la Copa Sudamericana? ¿Cómo hacerle entender a un fanático del elenco de la Araucanía que el Ciclón no pudo con los albiverdes? ¿Cómo contarle a un forofo temucano que en los números Temuco se impuso por 3-1 en el global pero se despide del concierto internacional? El 1-0 le alcanza con el 1-2 de la ida, pero no con el 3-0 por secretaría por la mala inscripción de Requena.

Eso es lo que ocurre con el equipo que dirige Miguel Ponce, que paga caro (demasiado caro) el error administrativo y el consiguiente castigo aplicado por la Conmebol y que borró de un plumazo el 1-2 conseguido en Buenos Aires, cambiándolo por un lapidario 3-0.

Así salió el cuadro del Ñielol a enfrentar la revancha en el Germán Becker con el equipo argentino. Sabiendo que el ente sudamericano los había prácticamente sepultado con su veredicto del que ahora se espera la respuesta a la apelación. Es, justamente el escritorio, lo único a lo que se aferra el equipo que preside Marcelo Salas.

Y quizás sabiendo que si esa apelación no es favorable, los chilenos sabían que tenían que ganar por una buena cantidad de goles. Por eso la valentía con la que saltaron a comerse al cuadro de Boedo.

Las llegadas de riesgo de los de la Araucanía se repitieron una y otra vez. El portero Nicolás Navarro se empezó a transformar en figura prontamente. Temuco presionaba, llegaba y merecía mejor suerte ante un timorato elenco transandino. A los 40 segundos fue el primer aviso del local, a los seis minutos salvó Navarro tras bombazo de Riquero, a los 8' el portero le ahogó el festejo a Ábalos (el mejor de la noche) y a los 21' Farfán estrelló un remate en el travesaño. El dueño de casa no le daba respiro a San Lorenzo, que, a decir verdad, si no es por el castigo, no se ve por dónde puede avanzar.

En la segunda fracción la tónica fue la misma: Temuco protagonista y el cuadro argentino aguantando como podía. Y con Navarro, otra vez, como gran estandarte. El empate sin goles se debió en gran medida a él.

Porque a los 51' le tapó un cabezazo a Ábalos, a los 57' contuvo notablemente otro remate con la cabeza y a los 78 tuvo que esforzarse para llegar a contener abajo un remate y a los 87' salvó otra vez.

En los descuentos llegó el tanto justiciero del local, en la cabeza de Donoso. Era lo mínimo que merecía el dueño de casa.

En la llave Temuco superó con autoridad a San Lorenzo. En el escritorio, perdió por goleada. Y ahora se aferra a que la Conmebol escuche su apelación. O bien al TAS, instancia no descartada.