Colo Colo tiene varias preocupaciones de cara al Superclásico. Los albos deben defender el invicto en el estadio Monumental, que ya se extiende por 22 años. Ya frente a Magallanes mostraron mejorías futbolísticas que dejaron algo más tranquilos a los hinchas, que se habían inquietado por el pálido inicio en el Campeonato Nacional, que, sin ir más lejos, incluyó un papelón frente a O’Higgins, en Rancagua. Esta semana, todo el club albo ha girado en torno al duelo frente a Universidad de Chile. Hay tareas organizativas, de seguridad y una que resulta fundamental para el despliegue de las ideas que pretende desarrollar la escuadra de Gustavo Quinteros: la de presentar en la mejor condición posible la cancha del recinto de Macul.
En el duelo frente a los albicelestes (que, en rigor, vistieron de rojo), el pasto no lució en las mejores condiciones. En el área del sector norte, por ejemplo, había un ostensible manchón amarillento. Por las franjas se vio algo similar. La escena pareció impropia de un campo de juego que había sido sometido a una intensa reparación, que incluyó la renovación completa del sistema de drenaje, además de la colocación de una nueva mezcla de césped que prometía transforma la cancha en una de las mejores de Sudamérica. De hecho, se habían tomado ejemplos exitosos para dar con la combinación, como las que se utilizaron en los estadios de River Plate y Gremio. El proceso comenzó a mediados de noviembre, apenas se produjo la consagración del Cacique como campeón chileno, por trigésimo tercera vez en la historia.
Inquietud y explicación
Las principales quejas provinieron de los jugadores, quien encontraron que el pasto estaba grueso. También dejaron entrever su dureza y aspereza. “La verdad, no era lo que esperábamos, lo que esperaba el club. Es muy importante el tema de la cancha. No está en el estado que debería estar la cancha de Colo Colo, el equipo más grande de Chile”, declaró, a modo de ejemplo, el capitán albo, Esteban Pavez, a horas del enfrentamiento ante los laicos. “Esperemos que se mejore con el tiempo, y los clubes nivelen para arriba y no para abajo”, añadió el volante, en una inquietud que es generalizada entre sus compañeros.
En las declaraciones de Pavez hay una mezcla de realidad y otro tanto de expectativas insatisfechas. Las aprensiones, que el mediocampista hizo públicas, también se traspasaron en forma privada. De hecho, hubo una reunión entre los principales referentes del equipo y la Gerencia de Operaciones del club, que encabeza Rodrigo Herrera, en la que se trató la materia. Ciertamente, Gustavo Quinteros adscribió a la molestia de sus dirigidos. “Los jugadores pensaron que se iban a encontrar con un pasto esponjoso y este proceso no está totalmente finalizado. La programación apunta a que para el inicio de la participación en la Copa Libertadores esté en óptimas condiciones”, sostienen en Macul, donde resaltan que la explicación, finalmente, satisfizo a los futbolistas.
La mezcla ideal
Cuando partieron las obras, el Cacique explicó la elección de la mezcla que se utilizaría para garantizar la presentación y rendimiento óptimos del campo de juego. Hasta ese momento, estaba compuesto por una mezcla de clima cálido, integrado por bermuda y kikiyú. “Crece mejor bajo sol completo y altas temperaturas. Se vuelve inactivo y de color café en el invierno. Alta resistencia a la sequía. Puede dañarse fácilmente con el tráfico durante los meses de invierno cuando no está creciendo, dándole oportunidad a las malezas a invadir. Es de textura media a gruesa con un tono entre gris a verde. Híbridos son de textura mas fina y varían en color de verde-azul intenso a verde oscuro. Se extiende a través de rizomas y estolones. Altura de corte entre dos y cinco cm”, describía una publicación de la Universidad de California para la primera especie.
La segunda recibía este detalle, según la misma fuente bibliográfica: “Pasto de estación cálida que se esparce rápidamente y prospera en áreas te temperatura moderada. Susceptible al frío, de crecimiento muy agresivo que le permite dominar los demás tipos de pasto que se siembran con él. Provee un pasto muy agradable por el color de sus hojas y su textura. Soporta el tránsito intenso, pero no tolera sombras. Se recupera rápido de daño por uso moderado o de daño severo. Antes era considerado como una maleza. Ahora se le usa algunas veces como un tipo de césped. Algunas veces se confunde con el pasto San Agustín. Se extiende por semilla, rizomas y estolones. La altura de corte ideal es entre tres y cuatro centímetros”.
La que se utilizó ofrece cualidades diferentes. Se trata de una bermuda híbrida enana (Cynodon dactylon x Cynodon transvaalensis). La elección estaba basada en los beneficios que ofrece: es tolerante a la sequía, de bajo requerimiento hídrico, presenta una alta densidad y una textura fina y suave, tiene un crecimiento agresivo y dominante y ofrece una alta resistencia al tránsito, con una buena recuperación. Se trata de una especie de clima cálido, que en la temporada de otoño invierno entra en latencia y requiere de sobre siembra en esta parte del año. En el Cacique están seguros de que es la combinación ideal. Y que ya se verá de la forma en que todos esperaban.