En el Etihad se jugaban más que tres puntos. En la casa del Manchester City se disputaba el partido de la fecha en Inglaterra. Y más aún: del campeonato. En su campo, el City recibía a Liverpool en un encuentro que podía definir el camino hacía el título de ambos. Antes de que empezara el cotejo, los de Guardiola miraban por encima a los de Klopp por un punto. Así, quien se hiciera con los tres puntos se encaminaría al título de la Premier League.

Y, en un apretado cotejo, ambas escuadras empataron a 2 goles y no se hicieron daño. Un resultado ajustado y que marca la tónica de lo que ha sido la liga para ambos equipos, que siguen con la misma diferencia con la que comenzaron el partido.

En cuanto al partido, Manchester City salió en su cancha a presionar a Liverpool. El conjunto de Guardiola busco mucho a la espalda de los centrales de la visita. Y tal fue la presión que ya a los 5 minutos del primer tiempo De Bruyne marcaba el primer gol del encuentro con un remate cruzado en el borde del área, que rebotó levemente en Matip, lo que provocó que Becker no pudiera llegar.

Gol y un Guardiola desatado celebraba la apertura de la cuenta. Los de Klopp no encontraban respuestas sobre los primeros 10 minutos de partido y parecía que el City se apropiaba de todos los espacios en el Etihad.

Sin embargo, con una transición rápida y un cambio de frente en el 13′, los dirigidos por el alemán encontraron el empate. El autor del gol visitante fue Diogo Jota, quien aprovechó una asistencia de Alexander Arnold para definir a quemarropa ante la presencia de Ederson.

Con el gol, los de Anfield subieron su nivel y lograron pararse mejor en el césped por unos minutos. No obstante, pronto los de Guardiola retomaron el control del juego.

Tanto así que a los 29′ el que estaba a punto de volver a convertir era De Bruyne, quien remataba apenas desviado tras pase de Cancelo. El belga se lamentaba mientras el guardameta visitante respiraba tranquilo viendo cómo el balón se iba ancho. Cinco minutos más tarde, el que probaba era Cancelo, esta vez por izquierda.

Los de Guardiola eran más intensos. La orden del estratega catalán era clara: aprovechar los espacios de la defensa red, que siempre estaba adelantada. Mecanismo habitual de Klopp para tener un equipo corto.

El mejor posicionamiento del City le dio resultado a Guardiola. Tras un tiro de esquina, a los 37′ Joao Cancelo mandó una habilitación perfecta a Gabriel Jesus, quien definió con un toque sutil por encima de Becker para festejar el 2 a 1 y el primero personal. Hacia el final del primer tiempo la transmisión oficial enfocaba a un disgustado Jurgen Klopp, que le reclamaba airadamente al cuarto juez por los cobros arbitrales. Así, con el alemán molesto, el primer lapso se daba por finalizado, con la victoria parcial de los locales.

En el complemento, Liverpool salió con todo. Los de Klopp no querían que se les escapara el City y, de inicio, encontraron la paridad a través de Sadio Mané a los 46′. El senegalés definió magistralmente tras un preciso pase de Salah, que lo dejó solo frente a Ederson.

La visita se empezaba a sentirse más cómoda en el partido. Jota casi anotaba en el 52 el tercero, pero el arquero brasileño le decía que no al portugués. Los dirigidos por el estratega alemán presionaban y ahogaban la salida del local. El golpe afectó al equipo de Guardiola, que solo se pudo estar más cómodo a partir del minuto 60. Y fue un minuto más tarde cuando Gabriel Jesus se lo perdía, cuando su remate era desviado por Van Dijk.

El despertar del City a partir de los 15 minutos fue preciso y, en el 62′, el VAR le negaba el gol a Sterling. Guardiola se lamentaba y Klopp respiraba. En el 70′, el alemán sacudió la pizarra y dio entrada a Luis Díaz por Jota.

El colombiano a la banda para hacer daño por el lado de Walker. Guardiola no tardó en responder y en el 75′ sacó a Sterling para dar entrada a Mahrez. Ambos estrategas veían en los costados la clave del triunfo.

Sobre el final del encuentro, Liverpool se replegó y el City se hizo del control mediante la posesión. Libreto cómodo para Guardiola que quería frenar la transición rápida de Klopp mediante el cuidado del balón. Sin querer hacerse daño, ambas escuadras mantuvieron el libreto y así el partido quedó igualado.

Con este resultado, Manchester City y Liverpool siguieron como empezaron: a un punto de diferencia. De esta forma, la Premier League seguirá en vilo para saber quién se alzará como campeón. Por el momento, los de Guardiola lideran con 74 unidades, mientras que los de Klopp están al acecho con 73 puntos.

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