Qué duda cabe de que Nicolás Massú está en la historia de Chile, no solo en la del deporte, donde ocupa un lugar entre los próceres más grandes, sino que a la altura de los grandes personajes del devenir patrio.
Lo realizado en Salzburgo lo convierte en uno de los pocos chilenos que logró llegar a la máxima división de la Copa Davis, como tenista y como capitán, en un proceso que comenzó en octubre de 2013, en la tercera categoría del certamen: la Zona Americana II.
El camino fue muy lento, ya que Nico junto a Marcelo Ríos debieron echarse la responsabilidad de comenzar con el recambio. Luego de perder con Barbados en el debut, Chile debió esperar un año para ascender. Y lo hizo de gran manera, sin perder un solo punto, en una etapa en la que Gonzalo Lama fue el principal protagonista, entregando valiosas victorias y demostrando mucho temple copero.
Luego de ascender a la Zona America I, inmediatamente el equipo luchó por el repechaje. Sin embargo, Canadá y una rápida carpeta en Halifax fueron mucho para el conjunto nacional.
En todo ese proceso, Jarry se consolidó como singlista y también en dobles, junto a Hans Podlipnik, mientras que Christian Garin fue acumulando kilometraje en instancias decisivas, algo que puso al servicio del equipo frente a Austria.
Precisamente, la victoria ante los centroeuropeos también significa un importante espaldarazo económico, ya que por disputar la clasificatoria, Chile recibió US$ 150 mil, a repartir entre los jugadores y la Federación de Tenis, mientras que por lograr el ingreso a la fase final en Madrid, el ingreso aumenta a US$ 600 mil para los jugadores y US$ 300 mil para la Fetech.
"Ahora está la plata, ojalá se puedan pagar las deudas y pagarles a los jugadores lo que se les debe", dice Marcelo Ríos, sobre este nuevo panorama.
Sergio Elías, presidente de la Fetech, coincide con el Chino y explica: "Los mayores ingresos los recibiremos en noviembre. Por ahora hay que hacer el mayor esfuerzo con la deuda de los jugadores. De alguna manera aguantaremos hasta noviembre".
El 14 de febrero se realizará el sorteo, donde Chile aparecerá en la última categoría del bolillero, pues ocupa el peor ranking de todos los equipos clasificados a la cita que se desarrollará entre el 18 y el 24 de enero, en Madrid.
Los 12 clasificados del sábado más los semifinalistas del año pasado, España, Francia, Croacia, Estados Unidos, y los invitados, Argentina y Gran Bretaña, disputarán el certamen. Los equipos se dividirán en seis grupos de tres, en series al mejor de tres puntos. Clasifican los primeros y los dos mejores segundos, quienes jugarán en llaves de eliminación. Además, solo los semifinalistas aseguran su cupo para 2020 y los dos últimos descienden a sus zonas continentales. Mientras que del quinto al 16º puesto, los equipos deberán jugar la clasificación.
Mientras eso sucede, el desafío más inmediato del equipo chileno está en el ATP de Córdoba, donde Nicolsás Jarry enfrentará al argentino Juan Ignacio Londero y Christian Garin se medirá ante el español Albert Ramos, ambos con la ilusión de seguir creciendo en el ranking para llegar de gran manera a Madrid.