El último año ha sido un viaje de emociones para Dominic Thiem (274°). Una lesión en su muñeca lo tuvo parado por un largo tramo, dejándolo sin la chance de defender su título del US Open ni de poder mantener su sitial entre los mejores jugadores del ranking. Lo peor eso sí, vino después y es que una vez que el austriaco volvió a las pistas, los resultados tampoco llegaron. Sumó siete derrotas consecutivas en primera ronda y se declaró hundido mentalmente. Eso hasta ahora.

Y es que pese a la derrota en semifinales de Gstaad ante Berrettini (15°), Thiem ha dejado en claro su renacer en el circuito. Primero fue a comienzos de mes, donde en Salburzgo logró romper la racha de tres meses sin victorias al superar a Filip Misolic (194°). Una victoria poco importante por ranking, pero que para el ex tres del mundo fue sacarse un peso de encima.

Después de eso vino lo mejor, ya que en las últimas dos semanas Dominic ha logrado superar rondas y de jugarle de tú a tú a rivales que hace unos meses atrás lo destruían sin problemas. Tanto en su paso por el Open de Suecia como por Gstaad, ha logrado superar a jugadores como Emil Ruusuvuori (42°), Roberto Bautista Agut (19°) y Hugo Gaston (59°).

Aquello ha provocado no solo una felicidad total para el jugador, sino que también para su entrenador, Nicolás Massú. El doble medallista olímpico ha estado con Thiem durante todo este proceso, mostrando siempre la confianza en que su pupilo iba a lograr superar el mal momento. Esta semana las cámaras de la transmisión lo han mostrado radiante con las victorias, confiando en que el gran salto lo pueda dar en la gira norteamericana, donde de seguro recibirá las invitaciones para disputar los Masters 1000 y el último grande la temporada.

Eso sí, deberá seguir afianzando ciertos golpes si quiere poder ser un actor principal en los eventos venideros, ya que hoy no tuvo ninguna chance en su duelo de semifinales de Gstaad. El rival era uno de los más difíciles que le podía tocar en la actualidad, Mateo Berrettini. El italiano está en uno de los mejores momentos de su carrera y ayudado con la altura de la ciudad suiza (más de 1000 metros sobre el nivel del mar) parece prácticamente invencible. Thiem tuvo un porcentaje bajo el 30% de puntos ganados con el segundo servicio y terminó cayendo por 6-1 y 6-4.

Pero pese a la derrota, las sensaciones no dejan de ser positivas para el campeón del US Open de 2020. Volvió a unas semifinales de un torneo profesional tras 14 meses de lamentos, siendo la última vez que lo habíamos visto en esa instancia en el lejano Masters 1000 de Madrid en 2021. Uno de los últimos eventos que pudo disputar antes de su lesión en la muñeca.

Han sido un largo tramo desde entonces. Un tiempo de sufrimiento y aprendizaje, en donde Massú lo ha apoyado de forma continua. De hecho ya la semana pasada en Suecia había lanzado un comentario sobre su entrenador. “Es muy bueno tener a tu lado a alguien que tiene esa experiencia en este tipo de campeonatos”, afirmó Dominic.

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